¡El Planeta a dieta!

En la linea de lo de ayer, y a petición de Paloma, recojo un nuevo proyecto solidario en red y en la Red: ¿consumes o te consumen?

Este blog es una iniciativa de mis ex compañeros de Canal Solidario y arranca mañana: Plan 15 días para consumir menos y mejor.

¿Qué pescado comprar? ¿Cómo ahorrar a través de las finanzas éticas? ¿Qué son las cooperativas de consumo? ¿Por qué elegir una marca de deportivas y no otra? "Con el Plan de 15 días te convertirás en un consumidor más responsable y conseguiremos un planeta más sano y esbelto", dicen sus responsables.

Para elaborarlo, especialistas de diez ONG, entre ellas Greenpeace, Intermón Oxfam, Sodepau, Setem o Adena, participan con sus consejos en el blog.

En este nuevo espacio, la gente que se ponga a “a plan” podrá contar sus experiencias mediante vídeos colgados en YouTube, fotos publicadas en Flickr, o con sus comentarios e ideas. Además existirá un espacio para "mapear" los sitios donde comprar de un modo responsable, encuentros y charlas sobre medio ambiente o cooperativas donde colaborar.

Pinta bien ¿no? ¡Felicidades por la idea!

+ Noticia completa sobre el nuevo proyecto colectivo en Canal Solidario.

Comercio Justo, consumo responsable

Video en Youtube de las VI Jornadas de Comercio Justo y Consumo Responsable, organizadas por Sodepau, Xarxa de Consum Solidari, Espacio por un Comercio Justo y Plataforma Rural, unas semanas atrás en Barcelona.

Ahí se trataron cuestiones como la legislación sobre el comercio justo; la experiencia de sellos y certificaciones participativas; los efectos del comercio justo en el Sur; y la necesidad de avanzar hacia un movimiento plural en defensa de la soberanía alimentaria.

+ Para ampliar, interesante artículo sobre Sodepaz y sus alertas a los riesgos de "mercantilizar la solidaridad" con el boom del comercio justo.

Cuando el Sur es el Norte

El otro día me fijé que en la sede de las federaciones de ONG catalanas tienen la proyección de Peters colgada cabeza abajo.

Interesante. Supongo que se trata de eso, de ver el mundo distinto, al revés. Para pensar...

Front Line

Es una fundación con sede en Irlanda que desde 2001 trabaja para proteger a los/as defensores/as de derechos humanos en riesgo que trabajan, de modo no violento y en cualquier país, por alguno o todos los derechos consagrados en la Declaración Universal de los DD.HH.

Tienen un sitio web muy interesante, con noticias actualizadas de la situación de estas personas, que se juegan la vida y siempre conviven con la amenaza. La lista es especialmente larga (casi interminable), pero países como Colombia, Guatemala, Brasil, Perú, Rusia (toda la ex URSS), Birmania, China, Pakistán, Etiopía, Sudán o Zimbabue, destacan por ser países especialmente peligrosos para las actividades de defensa de los derechos humanos.

Un buen recurso, con noticias, reportes, manuales de capacitación...

+ Front Line, fundación internacional para la protección de los defensores de los derechos humanos

La nada, el vacío

Ayer asistí en Barcelona al acto público Tenemos una pregunta para usted, organizado por la Mesa de ONG de Catalunya por la Paz, los DD.HH. y el Desarrollo, y la campaña Quién Debe a Quién. Se invitó a representantes de los cinco partidos catalanes que tienen representación en el Congreso de los Diputados (PSC-PSOE, CiU, PP, ERC i ICV-IU) para que dieran respuesta a algunas de las peticiones de las ONG de cara a las próximas elecciones generales del 9 de marzo en España.

La ayuda reemborsable, la reforma de los créditos FAD, la nueva ley de comercio de armas, el cambio climático, etc. fueron algunas de las preguntas formuladas a los políticos.

Pues bien. Lo que debía ser un acto de transparencia, información, clarificación de posicionamientos, promesas electorales, confrontación respetuosa de programas, una experiencia clara de control ciudadano directo a los políticos..., se convirtió en un puro esperpento. Sin citar a los partidos para que no se diga que este blog entra en campaña, dos de los representantes políticos dijeron cosas como las que siguen:

“Yo me siento aquí pero no soy experta en el tema. Estoy aquí para aprender”. Esta señora es la portavoz de su partido en la comisión de Cooperación y Solidaridad del Parlamento de Catalunya desde 2006... ¿Aún no ha aprendido o estudiado algo en un año y medio para no dar esta imagen? No contestó a ninguna pregunta, desconocía conceptos básicos en temas de desarrollo como la soberanía alimentaria.

"Soy diputada de la comisión de Cooperación del Congreso de los Diputados, pero no soy una diputada de cooperación". ¿Perdón? ¿Alguien entiende algo? Su frase más repetida fue: “Este tema está en nuestro programa, sí, lo tratamos este tema. Trabajamos en ello”. ¿Y?

Yo de verdad que quería escribir algo sobre lo que dijeron los políticos, pero es que en dos horas no dijeron nada o casi nada. ¿Qué hay que hacer? ¿Me estoy haciendo mayor o cada vez el nivel de la llamada clase política, de nuestros representantes, es más bajo? ¿Cómo se pueden presentar a un acto de estas características, con una audiencia de un centenar de personas del sector de las ONG, y afirmar entre risitas que no saben de los temas que deberían conocer? Sigo bajo estado de “shock”.

Kosovo, Kosova, Kosovë...

Es un tema que da pereza. Y en el que me parece que los posicionamientos no deberían ser contundentes, de blanco o negro, como vemos estos días en los medios de comunicación españoles. Preguntas que asoman:

¿Hay que estar a favor de la autodeterminación de los pueblos, cómo aprobó en su día la Asamblea General de Naciones Unidas? Bueno, pues sí.

¿Hay que dar apoyo a una declaración unilateral de independencia en la que una provincia que nunca fue país, ahora se separa por motivos únicamente étnicos y sin pacto ni consenso en Naciones Unidas? Bueno, pues a mí me parece que eso no conlleva nada bueno.

¿Son los albaneses los buenos y los serbios los malos? O viceversa, ¿son los serbios las víctimas y los albaneses los terroristas que se salen con la suya y dan la razón a quiénes defendían la lucha armada? Ni lo uno ni lo otro.

¿Hay que creer que Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia son unos santos y dan su visto bueno a la independencia de Kosovo sin pedir nada a cambio, sin contrapartidas? No lo creo. Para empezar Estados Unidos se asegura un país aliado frente a Serbia, eslava y pro rusa.

¿Hay que creer que Grecia, Rusia o España no piensan en sus articulaciones políticas internas cuando rechazan el reconocimiento de Kosovo? Seguramente sí lo piensan.

¿Grecia piensa en los macedonios? ¿Rusia en los chechenos? ¿España en vascos, catalanes o gallegos? Seguramente algo de eso hay.

¿Hay que celebrar el nacimiento de un estado que todos los expertos califican de “inviable” económicamente, con un paro de más del 40% y que va a depender casi exclusivamente de la ayuda internacional? No parece la mejor fórmula.

¿Y cuando el PNV saluda la independencia de Kosovo no está lanzando el mensaje de que este su modelo para Euskadi? Pues vaya.

¿Hay que entender que los estados nación de los siglos XIX i XX son inmutables, que no pueden desintegrarse, transformarse? No creo. ¿Quién duda hoy de la viabilidad de países "nuevos" como la República Checa, Croacia, Lituania? Puede pasar esto en países más "antiguos" como ¿Bélgica? Puede. Italia, Alemania, no tienen ni 200 años...

Lo dicho: pereza. Nunca más un post de este blog dedicado a las correrías, intereses y vaivenes de la geopolítica internacional... Ah, y la bandera del nuevo país es realmente espantosa...

¿A qué juega China?

Buena la noticia de la renuncia de Spielberg a convertirse en la Leni Riefenstahl de los Juegos Olímpicos de Pekín, para rodar su película oficial y diseñar las ceremonias de apertura y cierre.

Pekín se queda sin el rey Midas de Hollywood. Bien.

Porque no es de recibo que todo el mundo cierre los ojos a la realidad china de vulneración constante de los derechos humanos. Porque China juega con Darfur (y sus 200.000 muertos, 2,5 millones de desplazados) por su apoyo a Sudán. Porque su penetración económica en África huele a neocolonialismo económico. A puro interés geopolítico.

Amnistía Internacional denuncia la situación de derechos humanos en China, justo cuando en 2008 se va a convertir en el centro de atención mundial por los Juegos Olímpicos. Hay que preguntar a China a qué juega realmente...

+ Lee El salvavidas de Jartum, interesantísimo artículo de mi amigo Pere hoy en EL PAIS sobre la ayuda China al régimen sudanés responsable del conflicto en Darfur.

Capital humano

Capital humano: esta expresión está de moda, y da un poco de rabia. Que yo sepa, de capital sólo hay uno... Y es el de siempre. El Roto, una vez más, lo borda.

Defensor de los derechos humanos

Raji Sourani es director del Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR) de Gaza y vicepresidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH). El PCHR es una organización independiente, sin ataduras políticas, que elabora informes sobre los abusos a los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO). Sourani ha estado en la prisión israelí y ha sufrido aislamiento, torturas y también confinamiento por parte de la Autoridad Nacional Palestina.

Sourani ha recibido numerosos premios de defensa de los Derechos Humanos y ha tenido el dudoso honor de aparecer en las listas de prisioneros de conciencia de Amnistía Internacional entre 1985 y 1988.

Tuve la oportunidad de hablar con él esta semana, estuvo en Barcelona invitado por el CIEMEN. Ahí va un resumen de lo que me contó:

“Le explicaré lo que significa la ocupación israelí. Es el control absoluto de la población civil: al cien por cien. Israel controla todos los aspectos de nuestra vida: nos puede bombardear cuando quiere y allá donde quiere. Puede decidir qué ropa nos ponemos, qué comemos. Cortan la luz, las líneas telefónicas, dificultan el acceso a alimentos y agua. Gaza es una gran prisión, como una granja de animales. La población civil está en el ojo del huracán y esta restricción de movimientos, esta desconexión del mundo, provoca que nuestra vida en Gaza no se pueda calificar de normal. Un ejemplo: incluso tenemos problemas para proveernos de cemento para cerrar las tumbas de las personas que mueren”.

“Yo ya no hablo de colonos, de asentamientos, del estatus de Jerusalén o de los refugiados. Eso a mi ya no me importa. Ahora ya ni siquiera deseo un Estado palestino, o dinero. Quiero libertad de movimientos. Mi sueño es llevar una vida normal. Quiero trabajar de lo que soy, de abogado. Se trata de dar a la población civil una vida normal, como la que tienen ustedes”.

“Nosotros, como defendores de los derechos humanos, no politizamos esta cuestión. Estamos situados la mayoría de las veces en medio de un fuego cruzado entre israelíes y palestinos. Denunciamos cualquier abuso de derechos humanos, venga de donde venga. Somos críticos con aquellos que vulneran los derechos humanos, sean árabes o judíos. Esto hace que nuestra misión y trabajo no sea políticamente correcto. Nuestra situación como organización pro derechos humanos no es nada fácil, pero es que si calláramos no haríamos nada, no actuaríamos... “

“Pese a estar amenazados, no podemos permitirnos ser débiles. Debemos defender a las víctimas de abusos y no convertirnos nosotros en víctimas. No nos lo podemos permitir. A mí los israelíes me han arrestado infinidad de veces, he estado en la cárcel. He tenido problemas con Hamas, con la Autoridad Nacional Palestina de Fatah. He criticado a los partidos políticos palestinos cuando ha sido necesario. Pero es lo que nos toca hacer: proteger a las víctimas, no a nosotros”.

Es maravillosa y ejemplar la claridad, determinación y valentía de los defensores de los derechos humanos, allá donde estén.

La Carretera

Impactado por la reciente lectura de este libro de Cormac McCarthy, eterno candidato norteamericano al Nobel.

La novela nos sitúa en una época indeterminada y nos cuenta la trágica historia de un padre y su hijo. Penosamente, hambrientos, recorren una carretera en dirección al Sur en un mundo destruido por una guerra o catástrofe (nunca se llega a saber, el autor no lo cuenta) que prácticamente ha eliminado la vida del planeta. Unos pocos supervivientes vagan por las carreteras a la búsqueda de comida y refugio. Los encuentros entre unos y otros a veces son temibles.

El tono apocalíptico, desgarrador, de la novela sirve para contarnos una historia tremendamente conmovedora, de amor, de supervivencia, de lucha. En definitiva, un relato bello entre el polvo, la ceniza, el frío...

El final (no lo cuento...) es de los más certeros y emocionantes que uno ha podido leer en mucho tiempo. De esas novelas que al cerrarlas, reclaman reflexión, aire... que piden a gritos ser compartidas.

Por eso la recomiendo: y encima se lee de un tirón.