Entre los Simios

25/2/11

Kapuscinski, Non-Fiction. ¿Y qué?

Kapuscinski. Non-Fiction es el polémico libro de Artur Domoslawski sobre la vida y obra de Ryszard Kapuscinski, periodista y corresponsal de la agencia polaca de noticias PAP entre 1959 y 1981 en zonas de conflicto y en países del Sur, en una época marcada por la guerra fría, el fin del colonialismo y la independencia de los países africanos.

El libro es polémico puesto que Kapuscinksi es, para muchos, un auténtico mito del periodismo comprometido y de la historia del siglo XX por su relato de una época convulsa y por su voluntad de conocer y comprender al "otro" (al distinto, al extraño) y promover siempre el diálogo y el respeto entre culturas. Obras como El Emperador, El Sha, El Imperio o Ébano son libros sencillamente insuperables, con un enorme valor histórico, ético, periodístico y literario.

Pues bien. Pese a que Domoslawski cuenta que "admira a Kaspuscinski" y que es su "maestro" (de hecho coincidieron y trabajaron juntos), el autor del libro desgrana sin pudor las relaciones personales y amorosas del reportero, lo acusa de colaborar con el régimen comunista polaco y sus servicios secretos y de inventarse hechos, de fabular y "colorear" la realidad para lograr sus conseguidos libros.

Vamos por partes. Sobre las aventuras amorosas de Kapuscinski, bien poco: el tratamiento en el libro es parecido a una crónica rosa de la televisión más zafia. ¿Es relevante que Kapuscinski tuviera amantes para su análisis o relevancia como periodista o escritor? Igual lo humaniza pero el tono general de lo que se cuenta es más bien de reproche y ataque, y ahí creo que Domoslawski se equivoca mucho porque luego las otras discusiones (mucho más relevantes e interesantes, cierto) pierden credibilidad.

Sobre la colaboración de Kapuscinski para los servicios secretos polacos durante sus viajes y estancias en el extranjero. A ver. Kapuscinski fue comunista. ¿Y qué? ¿Cuántos lo fueron en Polonia y Europa tras la Segunda Guerra Mundial y el nazismo? La gran revelación del libro se limita luego a diseccionar cuatro folios, cuatro, de una carpeta de los servicios secretos polacos con las informaciones que proporcionó Kapuscinski en un periodo de apenas unos años. Poco más. No fue delator ni espía. Se limitó a cubrir el expediente con el poder para poder dedicarse a su trabajo de corresponsal en el extranjero. No hay para tanto... Hay más, sigue leyendo...

Cuenta el autor del libro "Kapuscinski creyó en el Partido Comunista de Polonia y construyó su carrera de escritor utilizando su posición privilegiada, no de un modo cínico sino como un creyente de verdad". Tuvo contactos con dirigentes políticos de Polonia, sí. Fue un corresponsal famoso, sí. Se trabajó sus contactos para viajar y escribir sus libros, sí. Fue interesado, sí. En lenguaje siglo XXI eso sería networking y no es nada malo ni criticable a priori. Parece que no pisó a nadie, no mandó a nadie a la cárcel. Nadie habla directamente mal de él en el libro por su comportamiento.

En 1981, tras las huelgas y la aparición de Solidarnosc, Kapuscinski reniega del comunismo y da apoyo a las huelgas. Pese a la instauración del régimen militar de Jaruzelski, rompe su relación con el PC, se baja del barco. Critica al régimen y pone en peligro su carrera periodística 8 años antes de la caída del Muro de Berlín.

¿Y es que El Emperador (de 1978) o El Sha (de 1982) se pueden leer únicamente como retratos de la Etiopía imperial o de Irán? Todo el mundo coincide en que son auténticos retratos del poder absoluto, de la opresión... y que pueden interpretarse en clave interna (Paréntesis: por cierto, absolutamente recomendables ahora con la que está cayendo con los tiranos del mundo árabe). Los lectores polacos los leían en parte como alegorías de su propia situación, como una crítica abierta a la falta de libertades individuales del régimen comunista polaco.

Domoslawski se pregunta "Cómo hizo su carrera de gran reportero en un sistema que no era democrático?" Pues como buenamente pudo... Como tantos otros que vivieron su vida bajo el socialismo real y que transitaron de la ilusión inicial y juvenil por un régimen nuevo a la decepción y el rechazo tras el paso de los años. ¿Es que no se puede uno mover ideológicamente a lo largo de su vida o qué...?

Kapuscinski fue un hijo de su época. ¿O es que en los 60 y 70, cuando Kapuscinski se movió por África o América Latina, era "mejor" y de los "buenos" ser partidario del imperialismo norteamericano que apuntalaba dictaduras militares, entrenaba torturadores en la Escuela de las Américas o frenaba movimientos revolucionarios y transformadores en África (asesinato de Lumumba en Congo, etc.) o América (Allende en Chile, Guatemala en los 50s, etc.)?

Y, finalmente, la acusación de que fabuló para escribir sus libros. Sin necesidad de leerse Kapuscinski Non-Fiction ya sabemos que El Emperador o El Sha son obras a medio camino entre la realidad y la ficción. Nada nuevo. Sus libros son casi alegorías, no reportajes estrictos. ¿Es periodismo? ¿Es literatura? Para mí no importa demasiado ni es una cuestión que devalúe su obra. Kapuscinksi nunca escondió que su periodismo (o literatura) era intencional, que luchaba por una causa y buscaba la reacción del lector.

Su obra está formada por "textos-puño", "textos-impacto", como decía él mismo: es escritura que persigue una transformación, sacudir conciencias, que se posiciona frente a los abusos del poder. Contempla el mundo desde el punto de vista del débil, sin altivez occidental y rechazando el eurocentrismo, con oposición al Occidente capitalista y cuestionando que la democracia liberal sea el punto de llegada del mundo civilizado y la única opción de evolución de la humanidad.

Que para lograr todo eso Kapuscinski atravesara la siempre difusa frontera entre realidad y ficción, ojo, sin engañar, no es denunciable. Si sabemos donde estamos y en qué terreno nos movemos (y lo sabíamos al leer sus libros), no creo que sea criticable. Publicó libros, no reportajes en periódicos. Si hubiera sido así, habría más elementos para la discusión. Pero no es el caso...

Es verdad que algunos encumbran a Kapuscinski como una especio de mito y de héroe y lo elevan casi a los altares. Está bien y es un debate sano que se cuestione la hagiografía en torno al polaco, pero en general el libro se mueve en terrenos pantanosos: todo queda en sospechas, en elucubraciones sin pruebas del autor, en preguntas sin respuesta que siembran la duda pero no la resuelven... Son reproches forzados, elucubraciones sin pruebas, reduccionismo... El libro es claramente un intento fallido de destapar algo que nunca termina de destaparse... Es un quiero y no puedo. Domoslawski escribe bien y si conoces la obra de Kapuscinski el libro tiene interés en algunos capítulos. Pero falla en su intención general y, lo peor, en la argumentación para defender sus polémicas hipótesis.

+ "¿Nos dijo Kapuscinski toda la verdad?". Entrevista a Artur Domoslawski en EL PAIS
+ "Para Kapuscinski, la verdad literaria es la más alta verdad". Entrevista a Artur Domoslawski en La Vanguardia

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22/2/11

We Are All Connected

Soy un fan de los videos de ONG que transmiten con creatividad. Este es de WWF.

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16/2/11

Blood in the Mobile

¿Llevas sangre en tu bolsillo? ¿Tu móvil está manchado de sangre? Pues muy probablemente la respuesta es sí.

Esta semana Barcelona es la sede del Mobile World Congress, una auténtica orgía tecnológica de presentación de nuevos modelos, prestaciones técnicas y aplicaciones de móvil que olvida deliberadamente el lado oscuro de esta industria: ¿Cuál es la procedencia, origen y condiciones bajo las que los grandes fabricantes de móviles consiguen la materia prima para sus artefactos?

El coltán, este mineral de nombre raro, se produce mayoritariamente en la República Democrática del Congo (RDC), donde están el 80% de sus reservas. Situadas las minas de coltán al este del inmenso país africano, el mundo occidental cierra los ojos y compra precisamente ahí los materiales para fabricar móviles, en una zona que está en conflicto, favoreciendo que la guerra se financie y retroalimente en una espiral destructiva sin fin.

Durante los últimos 15 años, el conflicto en Congo ha acabado con la vida de más de cinco millones de personas y 300.000 mujeres han sido violadas. Está claro que la guerra continuará mientras los actores armados puedan seguir financiando el conflicto vendiendo minerales que el mundo rico necesita. Si se pregunta a las compañías telefónicas de dónde sacan sus proveedores los minerales para fabricar móviles, nadie está en condiciones de garantizar que no provienen de las zonas en conflicto de la RDC.

¿Cuál es la alternativa? ¿Dejar de utilizar el móvil? Eso parece imposible en el mundo de hoy porque ya no hay marcha atrás: ¿alguien se imagina su vida sin móvil? Yo no, la verdad. Pero, como ciudadanos, sí podemos (debemos) presionar a las compañías para que garanticen que sus materias primas no proceden ni finanzan el conflicto, en un proceso parecido al que siguen las importadoras de diamantes africanos. Hoy mucha gente se pregunta por el origen de los diamantes y exige un certificado de "limpieza". Años atrás eso era una quimera, ahora es realidad. Puede ser un punto de partida para el negocio de la fabricación de móviles.

Esta semana, en Barcelona, se proyecta el documental danés Blood in the Mobile. Su director, Frank Piasecki Poulsen, estará en la capital catalana. Está invitado por una red de organizaciones que trabajan por la RD del Congo formada por Veterinarios sin Fronteras, Escola de Cultura de Pau, Farmacéuticos Mundi, Justícia i Pau, La Bretxa y Lliga pels Drets dels Pobles. Son organizaciones que trabajan activamente desde la cooperación, la sensibilización, la denuncia, la investigación y la comunicación intercultural en el conflicto de la RD del Congo. Hay más, sigue leyendo...

El documental Blood in the Mobile muestra la conexión evidente entre nuestros teléfonos y la guerra civil en el Congo. El equipo de la película se desplaza al país africano para ver cómo trabaja la industria minera ilegal. Y logra acceder a la mina de estanque más grande de la RDC, controlada directamente por grupos armados, y donde el trabajo con niños es habitual: los más pequeños son los que se introducen en túneles estrechos para extraer los minerales que terminan en nuestros teléfonos móviles last generation. Cuando los responsables de Blood in the Mobile contactan con Nokia (la compañía finlandesa líder mundial de fabricación de móviles) para saber si pueden garantizar que no compran minerales del conflicto, no obtienen respuesta. Está claro que no hay garantía.

Algo como lo que cuenta Blood in The Mobile es positivo para que entendamos (de una vez) que nuestras acciones tienen consecuencias, y que si el Sur (todo el mundo, vamos) está como está, la mayoría de las veces no es culpa de una mano negra o de la historia, sino simple y llanamente como resultado de nuestro comportamiento actual. Este film habla de responsabilidad corporativa de las grandes empresas mundiales y de si les importa algo más allá del beneficio obsceno, pero también apela al individuo, a la ciudadanía: ¿Podemos seguir aceptando como si nada que para que tengamos móvil, enviemos SMS o actualicemos twitter o facebook desde el metro, se asesina, se viola, se condena al trabajo infantil esclavizante a muchos niños? Un primer paso es que cada uno de nosotros se formule la pregunta, y eso es lo que persigue Blood in the Mobile.

Pases del documental:
+ Jueves 17 de febrero - 22.15 en Cines Verdi Park (C/Torrijos 49, Barcelona)
+ Viernes 18 de febrero - 20h en Círcol Catòlic (C/ Sant Anastasi 2, Badalona)

+ Pagina oficial de la película
+ El trailer
+ Página en Facebook
+ Congo, perill de riqueses

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10/2/11

Agitar el cocotero (y 2)

(esto sigue del apunte anterior...)

Algunos apuntes sobre el community manager como personaje:

La red social es el medio, la herramienta que utilizamos, el continente. Es como si estamos en un bar. La red social es el bar. Mientras la comunidad que, no lo olvidemos, es el objetivo del community manager sería la gente del bar, y lo que dicen y hacen allí.

Esto es más importante de lo que parece: porque en muchas organizaciones parece que el objetivo final es abrir una página en facebook o twitter, como un canal más (que se suma a las notas de prensa, la web, etc.) olvidando posteriormente todo lo que allí se cuece. Y ese es precisamente el inicio de todo, el punto de partida y no la llegada...

Según Gallego, el community manager tiene que ser un personaje incómodo, que cuestiona la forma habitual de hacer las cosas, que obtiene el reconocimiento de sus compañeros, articula la información interesante, tiene un papel transversal en la empresa, supera las barreras internas, las jerarquías, gana colaboraciones (consigue que toda la organización participe del rol de community manager...) Es la idea de que un community manager es el que agita el cocotero para que todo se mueva.

Bien. Esto es el escenario ideal. Pero el community manager también tiene el riesgo de convertirse en una especie de “help desk” inundado por preguntas técnicas o de procedimiento: que cómo abro un perfil, cómo se habilitan o moderan los comentarios, cómo puedo poner esa cajita ahí, cuál es el código para insertar el logo... Con lo que todo se puede ir al traste...

La relación más difícil del community manager es con el gabinete de comunicación o prensa tradicional. Vaya, justamente donde muchas veces (sobre todo en organizaciones medianas, pequeñas) está ubicado este personaje, y encima realizando estas otras tareas de gabinete tradicional... El gabinete de comunicación debe transformarse y evolucionar, sino esta idea amplia del papel del community manager puede quedar bloqueada. Que es lo que a muchos nos pasa, para que engañarnos...

+ Para completar, desde este enlace (vía Elena Acín), el artículo "6 consejos para hacer un buen trabajo como community manager improvisado".

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8/2/11

Agitar el cocotero (1)

La semana pasada seguí la charla de José Antonio Gallego (AERCO) y social media manager de BBVA en la 22a sesión web de la Generalitat. Ya conté en el apunte sobre ese proyecto fascistoide de Blueservo (una comunidad on line de delatores en la frontera entre EEUU y México) que la de Gallego me pareció una charla interesante, pese al patinazo de recomendar algo tan inquietante como Blueservo... Pasemos página.

La charla se centró en el papel del community manager en las administraciones públicas, pero creo que es aplicable a todo tipo de organizaciones, empresas, grupos... En este enlace, la presentación slideshare y otros materiales de la sesión. Y ahí va mi resumen, en dos apuntes, de algunas de las ideas y reflexiones más interesantes que el tipo lanzó.

Las claves para el éxito del papel del community manager tienen relación con la formación, la existencia de un marco normativo claro, la colaboración interna o implicación del resto del grupo (si estás solo, fracasas...), crear valor (es decir, información de calidad), seguir una estrategia (qué queremos, cómo la mediremos y evaluaremos), escuchar activamente la conversación en la red y favorecer el cambio interno. Hay que partir de una premisa: si nos zambullimos en esta historia de las comunidades virtuales, el contacto con esa comunidad nos va a transformar. ¿Todo el mundo que pide, quiere, desea... estar en Facebook o Twitter, tiene clara esta gran verdad?

Más cosas:

Hay que diferenciar el perfil corporativo del perfil privado. Debe existir una tolerancia al error bienintencionado, del que siempre se aprende. Todo esto es nuevo y quién nunca hace nada, no se equivoca. Hay que superar la cultura del que no hace ruido y pasa por toda esta historia de las redes sociales de puntillas.

Establecer métricas claras de la actividad en redes sociales y comunidades virtuales: el famoso ROI o Retorno de la Inversión (páginas vistas, visitantes únicos, miembros, apuntes, comentarios, etiquetas, referencias, conexiones entre miembros de la comunidad, etc...)

Es básico que exista una guía de estilo. Inicialmente estos materiales pueden parecer algo coercitivo, pero a largo plazo dan seguridad al gestor de comunidades y también al usuario, que sabe y entiende lo que allí se puede hacer o decir. Y establece y fija los límites.

(seguirá...)

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3/2/11

حرية Freedom Libertad Llibertat


+ Impresionantes fotos de las protestas en Egipto.
+ Más fotos, algunas muy duras... Gràcies a Jordi de Miguel pels enllaços.

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2/2/11

Big Brother en Texas

Ayer, 22ª sesión web organizada por la Generalitat, un espacio rico y consolidado de intercambio de conocimiento y buenas prácticas entre toda la comunidad web del Gobierno de Catalunya. En esta ocasión, presentación muy interesante y amena de José Antonio Gallego (AERCO) sobre el papel de l@s community managers en la administración pública. En breve postearé sobre lo que se dijo ahí, pero ahora me fijo en algo bastante inquietante que contó el ponente.

Cuando mostraba ejemplos de medios sociales y virtuales, impulsados por comunidades reales, Gallego nos habló de Blueservo, un proyecto del grupo de sheriffs de la frontera Texas-México para crear una comunidad virtual de observadores de la linea fronteriza que, mediante cámaras de circuito cerrado, reporte cualquier incidente que detecte. Desde este enlace, la noticia en la cadena conservadora Fox News.

El servicio es gratuito, con registro previo eso sí, y consiste en una extensa red de cámaras y sensores instalados en el lado norteamericano de la frontera con México. Cuando uno de sus miembros observa algo, lo puede reportar por correo electrónico a su sheriff. Por ahora, y en apenas un año y medio, es todo un éxito: 21.000 cibervigilantes registrados, todos voluntarios, que pasan de promedio unos 8 minutos en la página.

¿Cómo defienden su proyecto? Sus promotores dicen que Blueservo "empodera a la comunidad para participar proactivamente en la lucha contra el crimen fronterizo", "reduce costes de vigilancia" y que "está bien demostrado (¿dónde?) que la implicación de la comunidad en programas de vigilancia reduce el crimen".

En fin. Lo primero es que la premisa ya es falsa: no todo lo que cruza de México a EEUU es crimen. Hay tráfico de droga, sí, aunque sabemos que la mayoría de los que cruza son gente de Centroamérica, o hasta de más al Sur, que simplemente huye de la miseria en busca de una vida mejor en el Norte rico. La droga no se pasea por una frontera hipervigilada, busca otros caminos.

Así, convertir y reducir la vigilancia de fronteras entre México y EEUU al control del crimen es falsear la realidad, o más bien adaptarla a lo que te va bien... Igual alguno de los que invierte horas mirando las dichosas camaritas se cree que salva a los EEUU de una invasión de potenciales criminales, droga o yo que sé: no estaría tan seguro. Hay más, sigue leyendo...

Este Big Brother orwelliano-tejano da bastante miedo. Ojo, no me parece mal que la policía utilice cámaras. Pero sí me parece peligroso que los ciudadanos de a pie se conviertan en delatores, jueguen a ser policías apatrullando virtualmente la frontera en busca de criminales que al final resultan ser gente empobrecida, inofensiva en su gran mayoría, que ha cruzado México con un intenso coste personal: violaciones masivas a niñas y mujeres, captación en redes de narcotráfico o, simplemente, personas asaltadas, robadas y asesinadas, según reporta Amnistía Internacional en un informe (PDF).

¿Piensan eso todos los 20.000 pseudosheriffs de la red Blueservo cuando se sientan frente a las cámaras? Creo que es bueno tener en cuenta que los llamados medios sociales, o las comunidades virtuales, también pueden tener su lado oscuro y de su utilización depende que se conviertan en instrumentos de liberación (estos días en Egipto, Túnez) o de represión y criminalización colectiva (Blueservo y los sheriffs de Texas).

José Luis Gallego estuvo brillante en su charla, y no me detendré demasiado en su comentario, por muy desafortunado, de que algo parecido a Blueservo se podría utilizar en nuestras fronteras marítimas del Estrecho.

Yo lo tengo claro: ante las imágenes de gente de Algeciras, Tarifa o el campo de Gibraltar ayudando y atendiendo a los africanos que llegan en pateras o bien las mismas personas, sentadas en su casa, mirando cámaras y llamando a la Guardia Civil para delatar a los que llegan y frenar la llegada del crimen, me quedo con las primeras. Esa sí es una auténtica red social: de seres humanos, de solidaridad. Lo otro es abrir la caja de Pandora.

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