Entre los Simios

31/3/10

La paz, con el caminante

Por fin. El caminante por la paz, Gustavo Moncayo, se reúne con su hijo, al que la guerrilla de las FARC secuestró cuando era poco más que un niño soldado colombiano de 19 años.

Fue hace más de 12 años y este profesor de Geografía de Sandoná dejó las aulas para encadenarse manos y brazos y recorrer a pie más de 2.700 kilómetros para reclamar la liberación de su hijo y un acuerdo humanitario entre gobierno y guerrillas para poner fin a todos los secuestros en Colombia. Por ello, no hay que olvidarlo ahora que todo son sonrisas y felicitaciones, fue acusado injustamente por la órbita uribista de confraternizar y dar cancha a la guerrilla. Porque osó reclamar una salida negociada al conflicto armado, cuando lo único que deseaba era abrazar a Pablo Emilio.

En diciembre de 2007 estuvo en España y tuve la ocasión de estar con él y su joven hija, Yuri Tatiana, durante un día entero. Tras protagonizar la famosa marcha por Colombia y Venezuela, Moncayo se desplazó a Francia, Suiza y España para internacionalizar su drama y el de todas las personas secuestradas en Colombia.

Durante una entrevista, Moncayo nos resumió su deseo en algo muy simple, pero de gran fuerza y claridad: "Yo sólo quiero que mi familia sea como antes".

12 años después, con el pelo blanco, con muchos kilómetros bajo sus pies, lo consigue. Qué buena noticia. Cuando se liberó a la inefable Ingrid Betancourt, yo me acordé de Moncayo y su hijo. Y desde entonces esperaba esta noticia: porque recuerdo sus cadenas, su mirada un poco pérdida, apagada; pero su fuerza interior que le convertía en un personaje especial. Callaba más que contaba: pero transmitía sinceridad y determinación. Qué buena noticia, de verdad... Qué buen final para esta historia...

+ El apunte entero de julio de 2008 sobre Gustavo Moncayo y su hijo, con la entrevista (en catalán) que publicamos en la ACCD.

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