Betancourt vs. Moncayo
Hoy todo el mundo habla de Íngrid Betancourt. Qué alegria, por fin... Pero aunque todos nos unamos a la alegría del feliz desenlace de su secuestro, yo no puedo dejar de pensar en las personas que aún siguen retenidas por las FARC. En la selva, sin ver a los suyos, año tras año.
Hace unos meses tuve oportunidad de charlar con el profesor Moncayo, que vino invitado a Barcelona para dar una charla sobre el conflicto colombiano. Su historia es triste: un profesor de secundaria de Sandoná, en el departamento de Nariño, ve como su hijo, un caporal de 19 años, es secuestrado por las FARC durante una operación militar. Pablo Emilio cumple casi 10 años secuestrado por la guerrilla. Pruebas de vida, cartas desde la selva (nos las enseña, de puño y letra, emocionantes, firmes, con dibujos de niño...).
El profesor Moncayo se coloca unas cadenas alrededor de su cuello para simbolizar su sufrimiento y empieza a andar para reclamar la liberación de su hijo y un acuerdo humanitario entre Gobierno y FARC para el país que permita a los rehenes volver a casa. Recorre a pie la distancia de 1.143 km entre Sandoná y Bogotá. Se convierte en el caminante de la paz.
Cuando comentaba el caso Betancourt, al profesor Moncayo le brillaban los ojos. Decía que la notoriedad de su caso, el apoyo de Francia, la internacionalización de la causa de los secuestrados, era bueno para que su hijo no cayera en el olvido. Lamentablemente Pablo Emilio Moncayo no está entre los 11 rescatados junto a Betancourt. Sigue en la selva. E imagino que el profesor Moncayo ha recibido con un nudo en el estómago la liberación de la colombiana francesa: supongo que se alegra porque una familia deja de sufrir, pero, a su vez, lamenta su suerte y ve un poco más lejana la liberación de su hijo. Como contó en Barcelona, "yo sólo quiero que mi familia sea como la de los demás..."
Hoy, cuando el grito "Todos somos Betancourt" ya ha perdido sentido, yo grito "Todos somos Moncayo". Hay que seguir al lado de los secuestrados, y no olvidarles, pese a que el ruido mediático ahora esté con la liberada. El drama sigue. El conflicto también.
+ La entrevista que hicimos al profesor Moncayo (en catalán)
Hace unos meses tuve oportunidad de charlar con el profesor Moncayo, que vino invitado a Barcelona para dar una charla sobre el conflicto colombiano. Su historia es triste: un profesor de secundaria de Sandoná, en el departamento de Nariño, ve como su hijo, un caporal de 19 años, es secuestrado por las FARC durante una operación militar. Pablo Emilio cumple casi 10 años secuestrado por la guerrilla. Pruebas de vida, cartas desde la selva (nos las enseña, de puño y letra, emocionantes, firmes, con dibujos de niño...).
El profesor Moncayo se coloca unas cadenas alrededor de su cuello para simbolizar su sufrimiento y empieza a andar para reclamar la liberación de su hijo y un acuerdo humanitario entre Gobierno y FARC para el país que permita a los rehenes volver a casa. Recorre a pie la distancia de 1.143 km entre Sandoná y Bogotá. Se convierte en el caminante de la paz.
Cuando comentaba el caso Betancourt, al profesor Moncayo le brillaban los ojos. Decía que la notoriedad de su caso, el apoyo de Francia, la internacionalización de la causa de los secuestrados, era bueno para que su hijo no cayera en el olvido. Lamentablemente Pablo Emilio Moncayo no está entre los 11 rescatados junto a Betancourt. Sigue en la selva. E imagino que el profesor Moncayo ha recibido con un nudo en el estómago la liberación de la colombiana francesa: supongo que se alegra porque una familia deja de sufrir, pero, a su vez, lamenta su suerte y ve un poco más lejana la liberación de su hijo. Como contó en Barcelona, "yo sólo quiero que mi familia sea como la de los demás..."
Hoy, cuando el grito "Todos somos Betancourt" ya ha perdido sentido, yo grito "Todos somos Moncayo". Hay que seguir al lado de los secuestrados, y no olvidarles, pese a que el ruido mediático ahora esté con la liberada. El drama sigue. El conflicto también.
+ La entrevista que hicimos al profesor Moncayo (en catalán)
Etiquetas: Guerra y paz
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