El mundo según Fo

Dario Fo. El actor, dramaturgo, director, escenógrafo, pintor, artista y Premio Nobel de Literatura transmite emociones, recuerdos de infancia, anécdotas, reflexiones, en este libro de conversaciones con una periodista (Ediciones Paidós). Una lectura sana, necesaria, agradable: aire fresco.

Este bufón italiano derrocha compromiso, humanismo, comicidad, coherencia, emoción, ironía, amor a la vida. El hombre tiene 80 años y cuenta que “por lo menos he vivido 150. Los meses duraban 60 días, los días 48 horas...”. Eso es vivir. En el libro habla de su gran pasión, el teatro comprometido socialmente, azote de intransigentes; de Franca Rame, su eterna compañera y mujer; de la risa (“es el arma letal”); de la pintura, el arte, la libertad y del Premio Nobel que escandalizó a media Italia (con el Vaticano a la cabeza) y provocó la carcajada a la otra mitad. Algunas frases:

“Hay que luchar contra las armas, que nunca son inteligentes, sino tremendamente obtusas, violentas, crueles, como los que las propugnan.(...) Contra los fanatismos, las intolerancias, los terrorismos, que nunca vienen sólo de un lado”.

Sobre el teatro comprometido: “Quien está en escena puede hacer pensar. Armas terribles, poderosas, subversivas. El poder teme a quien escenifica su rostro oscuro. Una risa colocada en el momento oportuno puede bastar para enterrarlos a todos”.

“El poder, sea religioso o político, no ríe jamás. Cuanto más un sistema es absoluto, dictatorial, tanto más su entorno se vuelve triste y sombrío. Y entonces si una carcajada estalla ahí dentro, tiene la violencia de una bomba, hace añicos todo el aparato de terror y libera al hombre del miedo”.

Fo propugna lo que llama enojo cívico, y lo puso en práctica presentándose como candidato a alcalde de su ciudad, Milán. Su lema: “¡No seas moderado!”, buscaba desterrar la moderación en el sentido de no posicionarse nunca, de no atreverse a proponer opciones radicales... No tuvo éxito, claro.

Un personaje extraordinario, intenso, en tiempos grises..