Entre los Simios

12/3/09

Cambio negrero por librepensador

Es lo que se debate esta semana en el Ayuntamiento de Barcelona ante la inminente reunión de la comisión que decide los nombres de calles y plazas de la ciudad: la comisión del nomenclátor. Una campaña cívica impulsa ahora la petición para que Francesc Ferrer i Guàrdia, librepensador fundador de la Escuela Moderna, ocupe el lugar de Antoni López, Marqués de Comillas y Grande de España, en la plaza situada al final de Via Laietana, al lado de Correos.

El pedagogo Ferrer i Guàrdia fue ejecutado el 13 de octubre de 1909 en Montjuïc, así que este año se cumplirán 100 años de la afrenta. Un consejo de guerra lo condenó a muerte como supuesto instigador de los sucesos de la Setmana Tràgica de 1909, una huelga general que paralizó Barcelona durante una semana de julio motivada básicamente por las levas obligatorias para la colonialista guerra de Marruecos, y que afectaban, principalmente y como suele pasar siempre, a las clases obreras.

Laico, masón, republicano e intermacionalista, Ferrer i Guàrdia fue el chivo expiatorio de las revueltas anticlericales de la semana de julio de 1909 en la que murieron casi 80 personas, ardieron unos 80 conventos e iglesias de Barcelona y el Gobierno decretó el estado de guerra. El pedagogo, bajo sospecha permanente a causa de sus ideas progresistas cercanas al anarquismo, fue condenado en un juicio sin pruebas y su ejecución provocó una gran campaña internacional de protesta, con manifestaciones en ciudades como París y Roma y numerosos artículos en el New York Times o el rotativo conservador británico The Times, que escribió esos días: "Por negligencia o estupidez, el gobierno español ha confundido la libertad de instrucción y conciencia, el derecho innato a razonar y expresar su pensamiento, con el derecho de oposición, asimilándolo a una agitación criminal".

Hablando de pedagogía, su Escuela Moderna fue precursora de una educación crítica, laica, racionalista, que apostaba por la coeducación entre niños y niñas, y que chocaba en esa época con el casi monopolio educativo de los centros religiosos. Quizás fue eso lo que se le hizo pagar. Aquí un extracto de lo que planteaba Ferrer i Guàrdia, algo que el tiempo ha colocado en el centro de la actual educación pública y que hoy en día pocos discuten (bueno, los de siempre, claro): "Se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y los castigos. Los alumnos visitarán centros de trabajo y harán excursiones de exploración. Las redacciones y los comentarios de estas vivencias por parte de sus mismos protagonistas se convertirán en uno de los ejes del aprendizaje. Y esto se hará extensivo a las familias de los alumnos, mediante la organización de conferencias y charlas".

En 1937 durante la II República se le dedicó la actual plaza de Urquinaona, en el centro de Barcelona, pero con la llegada del franquismo se desbancó al librepensador. La plaza de Antonio López de Barcelona se dedica hoy al comerciante marítimo y banquero que hizo fortuna con el tráfico de esclavos en la Cuba colonial y con un monopolio, la Compañía General de Tabacos de Filipinas. López era conocido por el apodo de El Negro Domingo. En la plaza hoy existe una estatua con pedestal para este ilustre barcelonés de adopción… Cambio un negrero por un librepensador… La elección parece fácil ¿no? Veremos.

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