Entre los Simios

27/2/09

El tiro por la culata

En EL PAIS Semanal del 11 de enero, el laureado escritor peruano Mario Vargas Llosa, con la colaboración y acompañamiento de Médicos sin Fronteras, se adentró en la RD del Congo y escribió una aproximación a la realidad del país africano y a su conflicto. En el extenso artículo, el Nobel de Literatura sumergió a los lectores a un "Viaje al corazón de las tinieblas", que así rezaba el título de su reportaje recordando a la novela de Joseph Conrad (publicada en 1902…).

Óscar Mateos, politólogo experto e investigador sobre conflictos en África subsahariana, escribe un interesantísimo artículo en Rebelión sobre el reportaje del peruano. Y no sale demasiado bien parado el Nobel, al que se critica que caricaturice la realidad del Congo, descontextualice su conflicto, y lo peor, lo lleve a su terreno, el del pensamiento neocon dominante en Occidente. Ese que analiza las guerras en África como las de un continente salvaje, violento y atrasado, y únicamente centrándose en la etnicidad y en las diferencias culturales como fuente eterna de conflictos y de oleadas crónicas de violencia tribal.

Dice Mateos: "(…) el análisis maniqueo del autor, reforzando las fronteras entre el mundo civilizado y el que no lo está, omitiendo el papel, histórico, de las potencias internacionales o del papel de las empresas transnacionales en el ciclo de explotación, expolio y conflicto. Ni una sola mención a los actores de esta compleja y extensa red del conflicto congolés, sin la cual no podemos aproximarnos a lo que cada día sucede en esta antigua colonia belga". El imaginario que suelen transmitir los medios de comunicación sobre África y sus conflictos es que todo es anarquía, atavismo, tribu y violencia, "mientras que lo que viene de fuera en forma de asistencia humanitaria son cándidos oasis de civilización y altruismo". Ya tenemos la solución: el buen blanco que salva al pobre negrito.

El conflicto de la RD del Congo es, precisamente, uno de los peores ejercicios de cinismo y doblez del mundo ocidental. Que se muestra escandalizado con la brutalidad del conflicto (millones de muertes en apenas veinte años) pero sigue necesitando, como un recién nacido la leche materna, minerales como el coltán y otros para fabricar sus portátiles, mp3, móviles y demás cachivaches de la era digital. "Los más de cuatro millones de muertos que estas guerras en el Congo acumulan desde mediados de los noventa no son fruto, como nos presenta el escrito, de luchas atávicas y sin sentido, sino consecuencia precisamente de las relaciones de explotación e injusticia a las que gran parte de la población está sometida y en la que un gran número de actores, también internacionales y transnacionales (británicos, estadounidenses y belgas), participan".

Como dice Mateos, el artículo de Vargas Llosa es grave, porque bajo la pátina del escritor prestigioso, los medios de comunicación masivos contribuyen a reforzar una agenda política internacional que no tiene en cuenta una realidad mucho más compleja y, lo que es peor, que no reparte, como corresponde, gran parte de la culpa de la situación africana hacia el Norte, hacia nosotros. No se puede hablar del Congo hablando sólo de machetes y pigmeos, y no de comercio internacional de armas (¿quién vende?) o explotación de recursos naturales (¿quién se enriquece?) Pero lo peor de la historia es que el artículo del desenfocado escritor se realice con el acompañamiento, e imagino que los recursos, de una organización humanitaria seria y profesional como MSF. Creo que, pese a las supuestas buenas intenciones de la ONG, esta vez el tiro les salió por la culata.

+ Artículo completo de Mario Vargas Llosa
+ El artículo de Óscar Mateos: Vargas Llosa y el regreso de Kaplan

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