ONG en España
Cada vez aparecen más ensayos e investigaciones sobre el mundo de las ONG en España, cosa que los que trabajamos en el sector agradecemos. Siempre es de gran ayuda que alguien teorice sobre lo que constituye tu realidad diaria. Ya que las prisas son enemigas de la reflexión, encontrarte con libros como el que sigue y que hablan de tu trabajo es un auténtico regalo porque te replanteas muchas cosas.
Las ONG en España. De la apariencia a la realidad, de Carlos Gómez Gil está publicado por Los Libros de la Catarata. Comparto algunas de las críticas del libro al sector ONG español: fragmentación, excesiva atomización, exaltación del apoliticismo (¿una ONG puede ser realmente apolítica? ¡Ja!). Leer más...
Pero no estoy tan de acuerdo con la crítica a la dependencia institucional o económica del Estado. Si bien es cierto que la mayoría del sector compite por los fondos que las distintas administraciones ofrecen a las ONG, para mí eso no es signo de debilidad. Significa simplemente que, por fin, en este país empieza a construirse una política de cooperación al desarrollo pública. Y que se destinan fondos a ello: eso es positivo,
Es decir, para mí no es mejor o más transparente una ONG con 300.000 socios (donantes, deberían decir la mayoría de las veces...) y con el 90% de fondos privados, que una pequeña ONG que recibe subvenciones de, pongamos, tres administraciones públicas. Las subvenciones a ONG son de libre concurrencia (todas las ONG, grandes o pequeñas, pueden optar al pastel. Es por tanto, un sistema justo e igualitario). Si las ayudas se gestionan bien, se evalúan luego con criterios estrictamente técnicos. Se da el dinero público al mejor proyecto: eso no tiene nada de malo.
Que una ONG reciba el 90% de fondos privados es algo un pelín más oscuro. ¿Cómo explican algunas grandes ONG (por tamaño, no por catadura moral) su dudosa relación con algunas multinacionales, contrarias a todo lo que pregonan? ¿O su conversión al fanatismo del llamado marketing con causa? ¿O su cada vez más perversa dependencia de los anuncios, la comunicación, la publicidad...?
En lo que sí que estoy de acuerdo con el autor del libro es en la nueva moda del apolicitismo. Da risa: ahora resulta que las ONG, que nacen para modificar las relaciones Norte-Sur, para erradicar la pobreza en el mundo, para crear alternativas, tienen que ser apolíticas para parecer mejores ante la sociedad. Venga ya.
Y precisamente las grandes ONG (con alguna excepción), son las que dicen ser apolíticas, cuando la verdad es que simplemente son de derechas y lo esconden. Venden caridad, no justicia. Venden lavar las conciencias de ciertos sectores sociales pudientes, pero su trabajo ni suma ni sacude la realidad. Y así no se va a ninguna parte.
Las ONG en España. De la apariencia a la realidad, de Carlos Gómez Gil está publicado por Los Libros de la Catarata. Comparto algunas de las críticas del libro al sector ONG español: fragmentación, excesiva atomización, exaltación del apoliticismo (¿una ONG puede ser realmente apolítica? ¡Ja!). Leer más...
Pero no estoy tan de acuerdo con la crítica a la dependencia institucional o económica del Estado. Si bien es cierto que la mayoría del sector compite por los fondos que las distintas administraciones ofrecen a las ONG, para mí eso no es signo de debilidad. Significa simplemente que, por fin, en este país empieza a construirse una política de cooperación al desarrollo pública. Y que se destinan fondos a ello: eso es positivo,
Es decir, para mí no es mejor o más transparente una ONG con 300.000 socios (donantes, deberían decir la mayoría de las veces...) y con el 90% de fondos privados, que una pequeña ONG que recibe subvenciones de, pongamos, tres administraciones públicas. Las subvenciones a ONG son de libre concurrencia (todas las ONG, grandes o pequeñas, pueden optar al pastel. Es por tanto, un sistema justo e igualitario). Si las ayudas se gestionan bien, se evalúan luego con criterios estrictamente técnicos. Se da el dinero público al mejor proyecto: eso no tiene nada de malo.
Que una ONG reciba el 90% de fondos privados es algo un pelín más oscuro. ¿Cómo explican algunas grandes ONG (por tamaño, no por catadura moral) su dudosa relación con algunas multinacionales, contrarias a todo lo que pregonan? ¿O su conversión al fanatismo del llamado marketing con causa? ¿O su cada vez más perversa dependencia de los anuncios, la comunicación, la publicidad...?
En lo que sí que estoy de acuerdo con el autor del libro es en la nueva moda del apolicitismo. Da risa: ahora resulta que las ONG, que nacen para modificar las relaciones Norte-Sur, para erradicar la pobreza en el mundo, para crear alternativas, tienen que ser apolíticas para parecer mejores ante la sociedad. Venga ya.
Y precisamente las grandes ONG (con alguna excepción), son las que dicen ser apolíticas, cuando la verdad es que simplemente son de derechas y lo esconden. Venden caridad, no justicia. Venden lavar las conciencias de ciertos sectores sociales pudientes, pero su trabajo ni suma ni sacude la realidad. Y así no se va a ninguna parte.
Etiquetas: Solidaridad y ONG
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