Mundo loco de fútbol

Vaya por delante que soy futbolero. Pero simplemente como lo que es (o debería ser) el fútbol: un deporte. Y la verdad es que cada cuatro años gano en asombro. Ya no debería sorprenderme pero me pasa igualmente. No entiendo la locura global de estos días por el Mundial 2006 de Alemania. Me pierdo algo, seguro, pero se me quedan ojos como platos.

Por ejemplo, al ver a unos filipinos haciendo vudú o invocando a no sé qué dios por... la selección argentina..., o a los anglosajones atiborrándose de cerveza para luego no ver el partido de su selección o seguirlo por la radio en un calabozo tras romper un escaparate, o a unos vecinos que matan a dos que gritaban mucho viendo un partido, con el detalle de que eran tailandeses forofos de la selección italiana (?)... Sigo. Leer más...

Perplejo al ver una plaza Colón de Madrid llena de gente un miércoles laborable a las 15h para ver un partido de España contra Ucrania, al escuchar de un político catalán que dice que quiere que gane el Mundial Polonia porque en España llaman polacos a los catalanes, y otro que prefiere que gane Brasil. Lo dicho, una locura...

Suerte que el bueno de Forges siempre tiene algo que decir sobre lo desconcertante de la situación. Al chiste me remito. Y que canten mucho goles. A por ellos, oe, a por ellos, oe... Entre lo del toro de Osborne como símbolo nacional (?), y lo de este grito de inspiración simiesca y con claras reminiscencias violentas, a uno le entran ganas de que España pierda con Arabia y Túnez los dos próximos partidos y la echen del Mundial. Un polaco que no quiere que gane Polonia dixit.