Entre los Simios

3/4/09

Un cuentito para el G20

Ayer en Londres, cierre de la cumbre del G20. Más de lo mismo, aparentar que cambia algo para que nada cambie... También ayer en Barcelona, Miguel y Adolfo, representantes de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), se entrevistaron con miembros de todos los grupos políticos catalanes en la comisión de cooperación del Parlament. Miguel explicó a sus señorías "un cuentito", algo que también podría aplicarse el G20 en su presuntuosa idea de "arreglar" el mundo que nos estamos cargando.

"Había un monito que iba a cruzar un río. El monito vio a un pececito en el agua, nadando, y exclamó: ¡pobre pececito, se va a ahogar! El monito sacó al pececito del agua, y mientras este intentaba respirar fuera del agua, el monito le preguntó: ¿Cómo se le ocurrió cruzar el río, pececito, no vio que iba a ahogarse? El monito fue a buscar una hojita de árbol para cubrir al pez, que cada vez se movía más lentamente. Al regresar, el pececito había muerto".


Miguel cree que muchas ONG, los gobiernos del Norte, la Iglesia, el G20... acaban siendo como el monito. "Queriendo ser solidarios, hacer cooperación, ayudar, acaban matándonos. Nos mandan y nos matan. Nosotros NO somos pobres. Tenemos riqueza pero nos la roban. Los pueblos indígenas somos actores políticos vivos que, en tiempos de crisis global, tenemos una propuesta para el planeta. El 'Buen Vivir', otra forma de entender la vida, no para vivir mejor sino para vivir bien. Vivir en paz; horizontalizar la democracia, compartir la tierra, que es de todos; controlar el crecimiento económico, alimentar a las personas y no a los coches; vivir con lo que tenemos. Convivir con la naturaleza y no destruirla como hacen ustedes. 500 años después, les devolvemos su visita para traerles una propuesta de nuevo modelo que el mundo necesita. Los pueblos originarios de América no somos un complemento paisajístico ni el folklore de la democracia. Somos un bloque para generar propuestas colectivas, un bloque de pensamiento y acción. Queremos visibilidad, alianzas, voz política, horizontalidad y no subordinación a otros actores. Somos radicales en el debate político, sí, pero no violentos ni extremistas".

Más que un cuentito, lo de Miguel y Adolfo ayer en el Parlament fue una auténtica lección de dignidad y sentido común.

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