Una radio para Tungurahua

Lleva el nombre de uno de los volcanes que aún están activos en Ecuador, de uno de los "nevaditos", pero Tungurahua es también una pequeña provincia situada en la Sierra, justo en el centro geográfico del país. Con casi 450.000 habitantes, es de las provincias ecuatorianas más densamente pobladas.

Aproximadamente un tercio de su población es indígena (o son pueblos ancestrales, como a ellos les gusta llamarse. Y llevan razón porque todos somos indígenas de algún sitio, ¿no?...). Son bilingües, hablan español o kichwa, aunque un 40% de estas personas (sobre todo mujeres de edad avanzada) únicamente hablan kichwa. Un 80% de la población indígena vive en condiciones de marginalidad: analfabetismo, falta de acceso a una educación formal, o la preferencia del trabajo a la educación para sobrevivir, configuran la realidad de estas personas.

Otro de los poblemas es la ausencia de medios de comunicación masivos que faciliten la información y comunicación para y entre los pueblos indígenas de la provincia. En Tungurahua, la comunicación radiofónica está copada por emisoras comerciales sin vocación de servicio público, sin una programación dirigida a los sectores campesinos de las zonas rurales e indígenas, ni tan siquiera parcialmente o mediante una programación mixta. Leer más...

Los indígenas de Tungurahua son conscientes de que sus necesidades comunicacionales deben basarse en la búsqueda de espacios para difundir sus actividades comunitarias, sus celebraciones, sus costumbres, sus mensajes... En la provincia se echa en falta una radio pública inclusiva, que tenga en cuenta el enfoque y la aproximación intercultural. Una emisora que entretenga e informe, sí, pero que también eduque a los que hasta ahora no han conseguido su oportunidad educativa.

Por ahora es sólo un proyecto. Pero en Tungurahua quieren que su futura emisora pública sea un auténtico enlace cultural entre el mundo indígena y el mestizo. Que se convierta en el espacio de una sociedad civil que represente a los grupos de indígenas, mujeres, jóvenes... Que todos y todas tengan su voz. Que enciendan la radio y, sencillamente, entiendan al que habla porque habla como y para ellos.