Blog Action Day: alimentos contra la pobreza

Mañana 16 de octubre es el Día Mundial de la Alimentación. Precisamente esta semana, del 12 al 17, en Roma (sede de la FAO) se celebra el Comité Gubernamental de la FAO para la Seguridad Alimentaria. Esta organización del sistema de Naciones Unidas se sabe impotente para resolver el problema crónico de hambre en el mundo y de crisis alimentaria agravada por el actual contexto de recesión económica y crisis financiera global. Todo el mundo sabe que la FAO debe ser profundamente reformada para cumplir su mandato original: “Luchar contra el hambre y la pobreza mediante una mejora de las condiciones socioeconómicas de las personas que viven en las áreas rurales”.

El mes de noviembre se celebrará la cumbre gubernamental de la FAO y, durante los preparativos, en las discusiones intergubernamentales sobre su hipotética reforma, los principales países donantes (Canadá, Australia, Japón, Gran Bretaña, EEUU, Alemania…) presionan para reducir el mandato de la organización y evitar cualquier referencia al derecho a la alimentación como derecho humano básico (contrariamente a la que es la posición dominante de la ONU en los últimos años).

El movimiento La Vía Campesina, que la semana que viene celebrará su V conferencia internacional (hablaré de ello), denuncia además que estos mismos países estarían presionando a FAO para que la cooperación al desarrollo del organismo esté más directamente bajo el control de los donantes y que la autonomía de los países receptores disminuya aún más. Los fondos de donantes cada vez se utilizarán más para reforzar sus propias agendas, en lugar de dar respuesta a las necesidades expresadas por los países receptores de esos fondos. Es decir, la cooperación entendida como suele ser habitual, como una transferencia de fondos y recursos Norte-Sur, y no como un trabajo conjunto de socio a socio que cede el protagonismo y la iniciativa al Sur. Leer más...

La Vía Campesina cree que no se debe desmantelar la FAO, sino reformarla para reforzarla. “Una nueva FAO debería concentrarse en reforzar la agricultura campesina sostenible y no los intereses de las grandes corporaciones transnacionales. Debe recibir instrucciones claras por parte de los gobiernos para asumir cualquier iniciativa de luchar contra el hambre, estabilizar y aumentar la producción alimentaria para el consumo doméstico y los mercados locales, y ofrecer a las personas y colectivos de las áreas rurales el acceso y control de sus recursos productivos”, dicen. En suma, encaminarse hacia el modelo de soberanía alimentaria, concepto aún tabú en los corrillos de la FAO y en la misma ONU.

La Vía Campesina opina que “los países donantes deben detener sus políticas egoístas bajo las cuales la cooperación al desarrollo se transforma en una herramienta para imponer sus propios intereses. Deberían empezar por construir una cooperación real mediante instituciones internacionales realmente democráticas”. Los campesinos y campesinas organizados en La Via Campesina (más de 500 millones de 200 organizaciones en más de 70 países de los cinco continentes) creen que no es de recibo que en las instituciones multilaterales, en la FAO, se introduzca el principio tan lesivo que impera en el Banco Mundial de “un dólar, un voto”. El principio de que mandan los que más tienen para imponer un modelo que empobrece al resto del planeta.

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