Entre los Simios

25/10/10

Del famoseo

¿Famosos con causa?, artículo de John Carlin ayer en EL PAIS Semanal, reflexiona sobre la implicación de las celebridades con las ONG, una relación en la que (parece) que "todos ganan", o así lo afirma el autor.

Una reflexión interesante en el artículo: "Hay que reconocer que si vamos a avanzar en nuestro trabajo tenemos a veces que tratar con el mundo como es, y no como quisíeramos que fuera", afirma uno que trabaja en una "importante organización de derechos humanos", no nos dice Carlin cuál es...

Bueno, discutible. No hay que vivir en los mundos de Yupi pero tampoco hay que tragar con todo... ¿Por qué una ONG debe entrar en el mercadeo de las "celebrities", donde los patrocinadores o el propio interés campan a sus anchas? Carlin acusa de cínicos a los que piensan así. Bien, pues yo, a mi pesar, debo de ser algo cínico.

¿Debo creerme a Bono (U2) cada vez que clama por África mientras elude sus responsabilidades fiscales domiciliándose allá donde pagará menos? ¿O cuando, como cuenta el artículo de Carlin, en un reciente concierto de U2 en Moscú la policía rusa detiene a peligrosos activistas de Amnistía Internacional (U2 colabora con AI desde hace años) y Bono no dice ni pío y se reúne con Medvedev con la que está cayendo en Rusia en abusos de derechos humanos...? ¿Es mínimamente creíble, que grite como un poseso todo tipo de consignas pro derechos humanos, que luego es incapaz de trasladar a los gobernantes, los que sí tienen responsabilidades y pueden cambiar la situación? ¿Sirve de algo entonces, además de para ser "cool"?

¿No será que Bono es utilizado (o se deja utilizar) por los gobernantes que piensan: me reúno con Bono, me sacan la foto y así el mundo cree que me preocupo por los parias de la Tierra? Nada, cero, una impostura.

Y otra reflexión de Carlin, al final del artículo: "¿El mundo sería mejor si, en vez de dedicar su tiempo y su dinero a combatir la pobreza y los abusos de derechos humanos, todos los famosos se quedaran en sus mansiones pintándose las uñas o meditando si comprarse jets privados más grandes? La respuesta, difícil de refutar para los cínicos, tiene que ser no".

Bueno, pues yo creo que la pregunta es equivocada y me atrevo a reformular la idea: ¿El mundo es DIFERENTE, el mundo CAMBIA, los gobernantes se sienten PRESIONADOS, cuando los famosos dedican su tiempo a combatir la pobreza y los abusos de derechos humanos en vez de quedarse en sus mansiones pintándose las uñas o comprándose jets privados?

La respuesta es que NO. Porque nada cambia. Los famosos podrían quedarse pintándose las uñas porque nada cambia. El mundo NO es diferente, porque resulta que las celebrities (y muchas ONG que se entregan al juego) realmente no persiguen el cambio y tratan al mundo "como es", y no como quisieran que fuera. Y son acríticas. Y nos cuentan las desgracias, pero no sus causas que, curiosamente, nos atañen de lleno. Y esa es la clave y es un error, porque así, seguro, no se mueve nada.

No creo que la relación famosos-ONG sea de "todos ganan" como afirma Carlin, porque el mundo no es mejor, se queda igualito como está, es decir, que pierde.

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1 Comentarios:

  • Muy interesante artículo para un debate cada vez más habitual en el sector.
    El pasado sábado lo hablábamos en una sesión de educación para el desarrollo y me llamó la atención que, a diferencia de otras ocasiones, no había ninguna voz a favor del "famoseo" en las causas sociales.
    ¿No están haciendo más bien "marketing con causa"?
    ¿Es de verdad utópico pedir que un famoso, además de ser un estupendo altavoz para llegar facilmente donde otras voces requerirían mucho esfuerzo, esté íntegramente comprometido con causas sociales, sin cometer errores ni caer en criticables matices?
    ¿Encontraremos excepciones?
    ¿Dejará un famoso de serlo por el hecho de mojarse de verdad de verdad en cambiar y transformar algo?

    anotó Blogger [La Otra Agenda], a las 9:06 a. m.  

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