Mercadona: problemas 2.0
Activistas de la PAPPS (Plataforma de Apoyo Político al Pueblo Saharaui) están denunciando desde finales de mayo que las latas de conservas de pescado de Hacendado (la marca blanca de la cadena de supermercados Mercadona) proceden de las aguas del Sáhara Occidental, país ocupado ilegalmente por Marruecos. Según los promotores de la campaña, la legalidad internacional establece que un país ocupante no puede aprovecharse de los recursos naturales del país ocupado.
El grupo empresarial gallego Jealsa comercializa en España la marca de conservas Escuris, que distribuye sus productos a través de Hacendado de Mercadona. Jealsa está asociada con la empresa marroquí Damsa, que posee en El Aaiún, en el Sáhara Occidental ocupado, una fábrica especializada en conservas de pescado con una producción de más de 33 millones de latas.
La campaña es potente, con actuaciones musicales de denuncia y acción directa en algunos Mercadona y presencia activa en el muro de la página de Facebook de la cadena de supermercados.
Realmente los gestores de la página se ven con problemas para "controlar" los comentarios en el muro, y algunos de los están escribiendo acusan a Mercadona de borrar y censurar los comentarios y acusaciones, que están quedando sin respuesta.
Una auténtica mala práctica, esta de "limpiar" la página de Facebook. Si juegas, juegas. Y si estás en Facebook, es decir, una conversación y alguien acusa a tu empresa de algo, debes responder con argumentos, pero nunca borrar los comentarios sin más, sin respuesta, e intentando que la campaña pase desapercibida. Lo único que se consigue es enrabietar aún más a los promotores de la denuncia y animarlos a que persistan en la campaña.
Cuando una empresa se lanza a Facebook, o a cualquier otra conversación de la red social, debe entender que esto no es un camino de rosas. Si son empresas de alimentación o que se dirigen a un público consumidor, estas deben entender que la gente tiene opciones, qué puede elegir qué comprar y dónde, que puede criticar lo que no les gusta, que puede protestar, que puede contar una mala experiencia, que la puede liar... Que la gente gana poder en las redes sociales y puede tratar de tú a tú a una gran corporación. Y que el Facebook y cualquier otra red social no son ningún juego y pueden convertirse en auténticas pesadillas corporativas si no se gestionan bien o, simplemente, no se juega limpio en el mundo real.
Todos vamos aprendiendo (o no, como en el caso de Mercadona): las empresas a gestionar su (buena o mala) reputación en las redes sociales, y la gente (y las ONG) a utilizar estas herramientas para sentirse más fuertes como consumidores activistas, responsables y vigilantes. Apasionante.
El grupo empresarial gallego Jealsa comercializa en España la marca de conservas Escuris, que distribuye sus productos a través de Hacendado de Mercadona. Jealsa está asociada con la empresa marroquí Damsa, que posee en El Aaiún, en el Sáhara Occidental ocupado, una fábrica especializada en conservas de pescado con una producción de más de 33 millones de latas.
La campaña es potente, con actuaciones musicales de denuncia y acción directa en algunos Mercadona y presencia activa en el muro de la página de Facebook de la cadena de supermercados.
Realmente los gestores de la página se ven con problemas para "controlar" los comentarios en el muro, y algunos de los están escribiendo acusan a Mercadona de borrar y censurar los comentarios y acusaciones, que están quedando sin respuesta.
Una auténtica mala práctica, esta de "limpiar" la página de Facebook. Si juegas, juegas. Y si estás en Facebook, es decir, una conversación y alguien acusa a tu empresa de algo, debes responder con argumentos, pero nunca borrar los comentarios sin más, sin respuesta, e intentando que la campaña pase desapercibida. Lo único que se consigue es enrabietar aún más a los promotores de la denuncia y animarlos a que persistan en la campaña.
Cuando una empresa se lanza a Facebook, o a cualquier otra conversación de la red social, debe entender que esto no es un camino de rosas. Si son empresas de alimentación o que se dirigen a un público consumidor, estas deben entender que la gente tiene opciones, qué puede elegir qué comprar y dónde, que puede criticar lo que no les gusta, que puede protestar, que puede contar una mala experiencia, que la puede liar... Que la gente gana poder en las redes sociales y puede tratar de tú a tú a una gran corporación. Y que el Facebook y cualquier otra red social no son ningún juego y pueden convertirse en auténticas pesadillas corporativas si no se gestionan bien o, simplemente, no se juega limpio en el mundo real.
Todos vamos aprendiendo (o no, como en el caso de Mercadona): las empresas a gestionar su (buena o mala) reputación en las redes sociales, y la gente (y las ONG) a utilizar estas herramientas para sentirse más fuertes como consumidores activistas, responsables y vigilantes. Apasionante.
Etiquetas: Comunicación
2 Comentarios:
¡Buen artículo, Dani!
Una de mis ideas favoritas cuando pienso en las redes sociales es comparar los muros de FB con los muros de las fábricas de antaño. Ahora nos podemos ahorrar el spray y el desplazamiento y las "pintadas" las ve muchísima más gente.
Ya empieza a haber una larga lista de casos en los que las redes sociales, en un u otro modo, ponen en aprietos a las grandes empresas: BP, Nestlé, Cuatro...
Las empresas necesitarán dar una vuelta de tuerca más a su gestión de la reputación corporativa y van a convencerse de que cada vez es más complicado aparentar y más necesario optar convencidamente por prácticas responsables en todos los ámbitos.
De todos modos, pienso que las ONG debemos tener presente que las redes sociales no son solamente un espacio desde el que podemos promover y dirigir el activismo "contra" otros actores sociales. Nosotras también podemos caer en las prácticas incorrectas y por ello se nos pueden volver en contra. Seamos capaces de la autocrítica también.
anotó Jaume Albaigès, a las 11:32 a. m.
Hola Jaume, gràcies!! Perdona el retard a respondre però els darrers dies abans de vacances són de bojos...
Totalment d'acord en el que dius, i que les ONG ara no s'enlluernin per aquestes possibilitats de les eines, que les utilitzen bé i fent-ne un ús responsable i pensant que elles també poden rebre, és clar que sí.
anotó Dani Vilaró, a las 4:35 p. m.
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