Japón, sí, Japón…
Porque en Japón también se aplica la pena de muerte, sí. Y no sólo es cosa de los países malos malísimos, como Irán, Irak, Pakistán, Siria, Afganistán… Un año enterito llevaban sin ejecuciones, en lo que parecía un paso hacia la moratoria. Pero no. Justo cuando se cumple un año de las últimas ejecuciones en el país, Ogata Hidenori, de 33 años, y Shinozawa Kazuo, de 59, ambos condenados a muerte por asesinato, son ejecutados.
Son las primeras ejecuciones del nuevo gobierno que se autocalifica de progresista, y aunque la ministra de Justicia de Japón se ha mostrado en contra de la pena de muerte (?¿), aquí tenemos dos nuevas víctimas. Es una muestra más de lo que cuesta romper tradiciones e inercias atávicas que resultan letales.
Cuesta decirlo tras noticias como esta, pero el mundo se dirige hacia la abolición: en 2009 según Amnistía Internacional ya son 95 países los que la han eliminado para cualquier delito y 35 más son abolicionistas en la práctica:es decir, la mantienen en su legislación pero no la aplican desde hace más de diez años. Pero Japón da un pasito atrás. Bueno, habrá que seguir..
Y unos detalles de crueldad: en Japón la ejecución es mediante ahorcamiento y suele realizarse en secreto. Se notifica a los condenados la misma mañana de la ejecución y suele informarse a las familias cuando ya se ha llevado a cabo. No nos podemos imaginar el miedo que supone para los presos del corredor de la muerte pensar cada mañana que ese día puede ser el último. Hay constancia de depresiones y enfermedades mentales severas entre los condenados a muerte japoneses debido a esta presión cruel e injustificable.
En EEUU suelen ser más finos. Últimamente se pirran por la inyección letal porque es limpia y evita freír cuerpos. O por el fusilamiento, como recientemente en Utah. Eso sí, que de los cinco verdugos sólo cuatro carguen balas reales y el quinto cargue munición de fogueo para que ninguno de ellos sepa si es el verdugo y puedan dormir tranquilos. Rebuscado, y retorcido. Pero la muestra palmaria de la mala conciencia de seres humanos que matan a otros, sean las circunstancias que sean. Algún día se mirarán en el espejo y verán a un monstruo como el que creen eliminar. Y ese día ganaremos.
Son las primeras ejecuciones del nuevo gobierno que se autocalifica de progresista, y aunque la ministra de Justicia de Japón se ha mostrado en contra de la pena de muerte (?¿), aquí tenemos dos nuevas víctimas. Es una muestra más de lo que cuesta romper tradiciones e inercias atávicas que resultan letales.
Cuesta decirlo tras noticias como esta, pero el mundo se dirige hacia la abolición: en 2009 según Amnistía Internacional ya son 95 países los que la han eliminado para cualquier delito y 35 más son abolicionistas en la práctica:es decir, la mantienen en su legislación pero no la aplican desde hace más de diez años. Pero Japón da un pasito atrás. Bueno, habrá que seguir..
Y unos detalles de crueldad: en Japón la ejecución es mediante ahorcamiento y suele realizarse en secreto. Se notifica a los condenados la misma mañana de la ejecución y suele informarse a las familias cuando ya se ha llevado a cabo. No nos podemos imaginar el miedo que supone para los presos del corredor de la muerte pensar cada mañana que ese día puede ser el último. Hay constancia de depresiones y enfermedades mentales severas entre los condenados a muerte japoneses debido a esta presión cruel e injustificable.
En EEUU suelen ser más finos. Últimamente se pirran por la inyección letal porque es limpia y evita freír cuerpos. O por el fusilamiento, como recientemente en Utah. Eso sí, que de los cinco verdugos sólo cuatro carguen balas reales y el quinto cargue munición de fogueo para que ninguno de ellos sepa si es el verdugo y puedan dormir tranquilos. Rebuscado, y retorcido. Pero la muestra palmaria de la mala conciencia de seres humanos que matan a otros, sean las circunstancias que sean. Algún día se mirarán en el espejo y verán a un monstruo como el que creen eliminar. Y ese día ganaremos.
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