Cuando el directo es corto

Gran terremoto en Padang, Sumatra, Indonesia, con miles de muertos. Como queda lejos nos llega poco y mal. Hoy ya casi no se publica nada. Los focos televisivos se apagan. Estos días algunos medios han desplazado a algún periodista, la mayoría no: la crisis, supongo. La Vanguardia, por ejemplo, informa desde Pekín (?).

Pero a través de la magnífica columna televisiva del escritor Sergi Pàmies (también en La Vanguardia) descubro el blog de Sergi Vicente, el corresponsal de la televisión catalana, TV3, en China, que sí ha estado cuatro días en la zona devastada de Padang.

Las crónicas de Vicente me gustan. Son directas, claras, es un corresponsal que se mueve, que no está en un despachito con la típica foto del Capitolio o la Tour Eiffel detrás, pegada en la pared. Antológicas sus críticas al gobierno dictatorial de Corea del Norte tras una visita organizada para un pool de periodistas occidentales. O las que realizó durante los JJOO de Pekín, que contestaban la versión idílica del país que nos querían vender las autoridades chinas. O las del terrible terremoto de Sichuan (el tipo se jugó directamente el pellejo huyendo de una réplica entre cascotes...)

Como el directo de los telediarios da para uno o dos minutos, el blog de Sergi es un buen instrumento para saber más de su estancia en Padang, de lo que ha visto y oído, que es lo que básicamente un enviado especial debe contar al público. Y también detalles de la "cocina" de la información, lo que no vemos en directo y que forma parte del día a día de un corresponsal enviado al desastre: conexiones que fallan, dormir poco y mal, el miedo a las réplicas del gran terremoto, la sensación extraña, de vacío, cuando el informante debe marcharse y la población damnificada se queda, el trabajo de los cooperantes, el colegueo con otros periodistas...

Muy, muy interesante el blog (en catalán). Y, por extensión, su trabajo en tiempos de periodismo gris oscuro casi negro... Como dice Sergi Pàmies en su columna, "Cuando la realidad es cercana, el corresponsal puede transformarse en un lujo complementario. Pero cuando es el único nexo con determinadas realidades, se vuelve decisivo".