Blogueros en The Guardian

Vía Ismael Peña, leo en Público que The Guardian busca bloguer@s para cubrir información local.

En los requisitos el periódico dice que la carrera de periodismo es "deseable" pero "no necesaria". Hasta aquí me parece bien: a mí lo de la carrera de periodismo como algo que establece a priori quién debe escribir en los medios y quién no, me parece pobre. Reconozcamos que la carrera, como tal, siempre ha sido algo bastante prescindible para ejercer. El debate, creo, no va por ahí.

Que los medios tradicionales (etiqueta horrible) se aproximen a otras formas de periodismo y a las nuevas fronteras de las tecnologías de la información es necesario, porque ya hace tiempo que no dan con la fórmula y la sangría de lectores es evidente. Ahora bien, que el desembarco de blogueros llegue justo meses después de que The Guardian anunciara despidos en su plantilla para hacer frente a la crisis y a la caída de la publicidad, ya es bastante más sospechoso. Ahí van unos comentarios de lectores a la noticia:

"Que un medio de temaña importancia sea un fomentador del intrusismo laboral en este sector es síntoma claro del desprestigio que sufre el periodismo a nivel global". No comparto lo del intrusismo laboral y el miedo del periodista de siempre al bloguero. El debate que afecta a la calidad y el desprestigio del periodismo tiene más relación con el modelo actual de las empresas de comunicación y la gestión de los medios que con las personas…

"Los lectores del Guardian se van a 'jartar' de leer refritos de la prensa local británica". Claro, el riesgo de un bloguero de "corta y pega"… pero también es verdad que muchos corresponsales de la prensa seria, o editores en las redacciones trabajan así y nadie critica su trabajo… Hoy ya no se escribe, ya no se sale a la calle, y el refrito es el 80% de lo que sale de una redacción porque ya no hay tiempo para trabajar la información.

"¿Es que The Guardian no tendrá intereses de ningún tipo y sus blogueros serán más profesionales y objetivos que los que escriben sobre papel? Ese diario habrá despedido a gente de plantilla porque le resultará demasiado caro en tributos y demás y ahora empieza con gente que no tiene antigüedad en la empresa y así se ahorrará costes". ¿Quién controlará la edición? ¿Qué diferencia habrá entre un bloguero y el corresponsal local de toda la vida, que manda la información a la redacción y allí un jefe – editor la cocina?

Habrá que ver. Pero la desconfianza es lógica: frente al desplome de la cuenta de resultados de las empresas periodísticas, y en vez de potenciar la calidad y la búsqueda de nuevas propuestas, la única reacción de las empresas parecer que pasa por la reducción de plantilla y de derechos laborales. El canto de sirena de The Guardian a los blogueros parece ser más de lo mismo y no una apuesta decidida por una nueva manera de ver y practicar el periodismo.