Somalia pirata
Somalia aparece en los medios como el ejemplo de país fallido y fracasado, donde nada o casi nada funciona. Y ciertamente lo es. Tras 20 años de conflicto interno y la ausencia de una autoridad gubernamental central consolidada, la población somalí es de las más vulnerables del mundo y su situación muy crítica en términos humanitarios. Las ONG y la ONU tienen enormes dificultades para desarrollar su trabajo con normalidad en un país roto: la inseguridad y la violencia campan a sus anchas. Por tierra y por mar. Por eso en Occidente los medios masivos nos bombardean cada día con historias de piratas y de barcos occidentales apresados a cambio de rescates millonarios, pero ¡ay!, silenciando cualquier referencia a la gravedad de la situación de la población civil somalí. "Queremos rescatar estos mares de las garras de los piratas", leo que dice en la prensa Carme Chacón, ministra de Defensa. Pero no hay palabras para una población que sufre un desastre interminable de más de 20 años...
Que en los últimos meses aumentaran los secuestros de piratas a barcos occidentales (básicamente atuneros de España o de Francia y petroleros de EE UU) es noticia y merece el envío de más de 1.000 navíos de guerra por parte de España, la OTAN, China, Rusia o Japón, por ejemplo. Que la población somalí lleve 20 años luchando por sobrevivir no merece ni una triste portada: es la típica crisis olvidada. ¿Y además, dónde está el contexto? ¿Por qué casi nadie habla del protagonismo de las potencias extranjeras, sobre todo europeas, que ante el crónico desgobierno somalí arrasan con modernas técnicas de pesca de arrastre el modo de sustento de los pescadores somalíes y los lanzan a la piratería, sin dejarles apenas alternativas... ¿Y qué hay sobre una flota pesquera europea y petroleros globalizados que escupen sus deshechos contaminantes cerca de la costa somalí porque saben que ninguna autoridad se va a quejar?
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¿Por qué no conocemos que en el Mediterráneo, como consecuencia de años y años de pesca descontrolada y poco sostenible, prácticamente nos hemos cargado al atún y por eso hay que bajar a pescarlo a otras latitudes, como el rico Golfo de Adén? ¿Los europeos estamos combatiendo la piratería o garantizando cuotas de pesca? Como siempre, en toda esta historia hay algo de culpa occidental, pero los medios la ignoran burdamente y nos presentan la noticia como un combate entre los piratas y los gendarmes del mundo, es decir, los polis buenos frente a los delincuentes. Entre la civilización occidental y la barbarie africana.
Recibo del boletín electrónico de ACNUR unos datos que ofrecen una explicación más completa y humana de lo que pasa en Somalia, donde él que puede huye. Es la otra cara de la crisis humanitaria en el cuerno de África, que no entiende de juegos de piratas, ni de "garras" ni de garfios: son las historias de miles de personas que huyen desesperadamente de la violencia y que buscan un lugar seguro donde vivir. Después de Irak (por razones obvias), Somalia es el segundo país del mundo que genera actualmente más población refugiada y demandas de asilo. Los datos:
+ En Kenya, y únicamente en tres meses, se han registrado más de 20.000 nuevos refugiados somalíes que huyen de la violencia, la sequía y el hambre en su país.
+ Etiopía ya acoge a 33.000 somalíes en sus campos de refugiados. 5.000 de ellos han pedido asilo político.
+ En lo que llevamos de año, más de 399 embarcaciones y 17.000 personas han llegado a las costas de Yemen tras cruzar el golfo de Adén para huir de Somalia en una peligrosa travesía que ya se ha cobrado al menos la vida de más de 100 personas. En 2008 los piratas somalíes capturaron 42 embarcaciones.
Que en los últimos meses aumentaran los secuestros de piratas a barcos occidentales (básicamente atuneros de España o de Francia y petroleros de EE UU) es noticia y merece el envío de más de 1.000 navíos de guerra por parte de España, la OTAN, China, Rusia o Japón, por ejemplo. Que la población somalí lleve 20 años luchando por sobrevivir no merece ni una triste portada: es la típica crisis olvidada. ¿Y además, dónde está el contexto? ¿Por qué casi nadie habla del protagonismo de las potencias extranjeras, sobre todo europeas, que ante el crónico desgobierno somalí arrasan con modernas técnicas de pesca de arrastre el modo de sustento de los pescadores somalíes y los lanzan a la piratería, sin dejarles apenas alternativas... ¿Y qué hay sobre una flota pesquera europea y petroleros globalizados que escupen sus deshechos contaminantes cerca de la costa somalí porque saben que ninguna autoridad se va a quejar?
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¿Por qué no conocemos que en el Mediterráneo, como consecuencia de años y años de pesca descontrolada y poco sostenible, prácticamente nos hemos cargado al atún y por eso hay que bajar a pescarlo a otras latitudes, como el rico Golfo de Adén? ¿Los europeos estamos combatiendo la piratería o garantizando cuotas de pesca? Como siempre, en toda esta historia hay algo de culpa occidental, pero los medios la ignoran burdamente y nos presentan la noticia como un combate entre los piratas y los gendarmes del mundo, es decir, los polis buenos frente a los delincuentes. Entre la civilización occidental y la barbarie africana.
Recibo del boletín electrónico de ACNUR unos datos que ofrecen una explicación más completa y humana de lo que pasa en Somalia, donde él que puede huye. Es la otra cara de la crisis humanitaria en el cuerno de África, que no entiende de juegos de piratas, ni de "garras" ni de garfios: son las historias de miles de personas que huyen desesperadamente de la violencia y que buscan un lugar seguro donde vivir. Después de Irak (por razones obvias), Somalia es el segundo país del mundo que genera actualmente más población refugiada y demandas de asilo. Los datos:
+ En Kenya, y únicamente en tres meses, se han registrado más de 20.000 nuevos refugiados somalíes que huyen de la violencia, la sequía y el hambre en su país.
+ Etiopía ya acoge a 33.000 somalíes en sus campos de refugiados. 5.000 de ellos han pedido asilo político.
+ En lo que llevamos de año, más de 399 embarcaciones y 17.000 personas han llegado a las costas de Yemen tras cruzar el golfo de Adén para huir de Somalia en una peligrosa travesía que ya se ha cobrado al menos la vida de más de 100 personas. En 2008 los piratas somalíes capturaron 42 embarcaciones.
Etiquetas: Guerra y paz
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