Mujeres rurales e indígenas
Anamuri es una organización de mujeres rurales y campesinas de Chile, miembro de La Vía Campesina. Trabajan con mujeres artesanas, recolectoras, pescadoras y asalariadas de la agroindustria. En Anamuri hasta tienen espacio para las mujeres que desarrollan el arte y la cultura en el campo, como las cantantes tradicionales o las poetisas. En 1998 eran 52, hoy en día son más de 10.000. Francisca Rodríguez, Pancha, es una de sus dirigentes, y sonríe y habla pausadamente, casi con timidez pero con un discurso robusto y diáfano. Irrebatible. Esto es lo que me cuenta:
"El mundo campesino es un sector amenazado globalmente, que los poderosos quieren que desaparezca. Luchamos para extender el modelo de soberanía alimentaria y preservar la vida rural. Planteamos la soberanía alimentaria como un principio y una lucha para recuperar nuestros saberes, por los derechos de las mujeres trabajadoras. Nos oponemos frontalmente a las empresas transnacionales y al modelo neoliberal y queremos construir una vía alternativa al modelo actual".
"Trabajamos básicamente para desarrollar conciencia y reinstalar valores. Para nosotros, la tierra y nuestra relación con la tierra es muy cercana a la relación que mantienen con ella los pueblos indígenas. La tierra no es únicamente un medio de producción: nos resistimos fuertemente a este modelo".
"Para formar a las mujeres utilizamos la Escuela Itinerante. Primeramente utilizamos lo que llamamos la “mirada hacia adentro”: analizamos qué papel juega y ocupa la mujer en la familia: cómo nos ven los hijos, nuestro marido… Esto lo hacemos mediante un ejercicio colectivo, com se realiza habitualmente en el campo, con una conversación, para recuperar la oralidad y la comunicación auténtica. Luego también practicamos la “mirada hacia afuera”: el porqué estamos en la organización. Muchas veces la mujer llega a Anamuri porque huye de la reclusión en su casa. Utilizamos también componentes de la mística del mundo indígena, que nos acercan al mundo de los afectos, de la espiritualidad, ideas que nos convierten en personas mucho más comunicativas y tolerantes".
"Vía Campesina lanza una campaña para poner fin a la violencia contra las mujeres en el ámbito rural. Es una iniciativa que pretende desnudar y visibilizar con toda su crudeza la violencia doméstica en el campo. Porque las otras violencias (la empresarial, la ambiental, el racismo…) ya son visibles, y es en el ámbito doméstico y más privado donde quizás se esconde la peor violencia contra la mujer, resultado de siglos y siglos de opresión y dominación. Nosotros creemos que la violencia doméstica tiene una estrecha relación con la violencia institucionalizada, con un patriarcado que sustenta el modelo económico dominante. La campaña supone poner nuestro sello como mujeres a procesos de formación, educación, comunicación... Para iniciar de este modo un camino de transformación que nos permita el nacimiento de una mujer y un hombre nuevos. Aunque para llegar a ese punto, primero hay que mostrar todo lo que se ha perdido históricamente".
"El mundo campesino es un sector amenazado globalmente, que los poderosos quieren que desaparezca. Luchamos para extender el modelo de soberanía alimentaria y preservar la vida rural. Planteamos la soberanía alimentaria como un principio y una lucha para recuperar nuestros saberes, por los derechos de las mujeres trabajadoras. Nos oponemos frontalmente a las empresas transnacionales y al modelo neoliberal y queremos construir una vía alternativa al modelo actual".
"Trabajamos básicamente para desarrollar conciencia y reinstalar valores. Para nosotros, la tierra y nuestra relación con la tierra es muy cercana a la relación que mantienen con ella los pueblos indígenas. La tierra no es únicamente un medio de producción: nos resistimos fuertemente a este modelo".
"Para formar a las mujeres utilizamos la Escuela Itinerante. Primeramente utilizamos lo que llamamos la “mirada hacia adentro”: analizamos qué papel juega y ocupa la mujer en la familia: cómo nos ven los hijos, nuestro marido… Esto lo hacemos mediante un ejercicio colectivo, com se realiza habitualmente en el campo, con una conversación, para recuperar la oralidad y la comunicación auténtica. Luego también practicamos la “mirada hacia afuera”: el porqué estamos en la organización. Muchas veces la mujer llega a Anamuri porque huye de la reclusión en su casa. Utilizamos también componentes de la mística del mundo indígena, que nos acercan al mundo de los afectos, de la espiritualidad, ideas que nos convierten en personas mucho más comunicativas y tolerantes".
"Vía Campesina lanza una campaña para poner fin a la violencia contra las mujeres en el ámbito rural. Es una iniciativa que pretende desnudar y visibilizar con toda su crudeza la violencia doméstica en el campo. Porque las otras violencias (la empresarial, la ambiental, el racismo…) ya son visibles, y es en el ámbito doméstico y más privado donde quizás se esconde la peor violencia contra la mujer, resultado de siglos y siglos de opresión y dominación. Nosotros creemos que la violencia doméstica tiene una estrecha relación con la violencia institucionalizada, con un patriarcado que sustenta el modelo económico dominante. La campaña supone poner nuestro sello como mujeres a procesos de formación, educación, comunicación... Para iniciar de este modo un camino de transformación que nos permita el nacimiento de una mujer y un hombre nuevos. Aunque para llegar a ese punto, primero hay que mostrar todo lo que se ha perdido históricamente".
Etiquetas: Cooperación al desarrollo, Solidaridad y ONG
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