Emergencia 2.0
Pese al desastre, alguna buena noticia. Que en 2004 con el tsunami asiático, las redes sociales estaban a punto de explotar pero no existían, y ahora con lo del terremoto de Haití los actores humanitarios han sumado casi masivamente twitters, facebooks, blogs, youtubes, etc. a sus mecanismos comunicativos tradicionales para seguir e informar del desastre.
Un buen ejemplo de ello (hay muchos más, claro) me ha parecido Acción contra el Hambre. Tienen un interesante blog actualizado desde Haití por dos expatriados, uno de ellos un nutricionista español, Óscar Serrano. Testimonios claros, bien escritos, claro ejemplo del periodismo (sí, periodismo) que pueden ejercer muchas ONG si se lo proponen y cuentan únicamente lo que ven, lo que pasa.
Al blog, suman el uso de twitter y twitpic y flickr para subir fotos de la respuesta humanitaria de la organización; posibilidad de donativo on-line para la emergencia... Menos afortunado, creo, lo de meter todo esto en el saco de lo que la misma ONG califica de Cooperante 2.0. Riesgo de convertir todos estos instrumentos únicamente en agentes multiplicadores del mensaje, pero olvidando los componentes esenciales del 2.0 como el diálogo en red, o la participación y la reflexión colectiva, como explicaba el otro día Jordi de Miguel en CiComunica.
Es verdad, es así, pero vamos, que prefiero lo de ahora porque accedemos más fácilmente a una información sobre terreno y de calidad que en desastres anteriores obteníamos con dificultad (mail + teléfono, y sanseacabó...) En la ACCD hemos incorporado estos instrumentos de las ONG al seguimiento de la crisis en Haití y los updates han resultado mucho más fluidos, rápidos y completos que los de años atrás. Y eso al final repercute en la calidad de la respuesta humanitaria, que es de lo que se trata.
Etiquetas: Comunicación, Cooperación al desarrollo, Solidaridad y ONG
2 Comentarios:
Y si, la tecnología al servicio del hombre es buena, lo malo cuando nos volvemos sus esclavos.
anotó Liliana, a las 9:36 p. m.
Hola Liliana, justo. Esclavos de nada, y menos de la tecnología...
anotó Dani Vilaró, a las 11:04 p. m.
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