Embarazo peligroso
Vía IPS, sobre la situación maternoinfantil en algunos países de África subsahariana.
“Estar embarazada en África es como tener una enfermedad desconocida,” afirma Alicia Tembo, zambiana, acerca de las carencias básicas sobre embarazo y parto que sufren muchas de sus compatriotas. Alicia dio a luz recientemente sin ninguna complicación, algo excepcional en un país donde el coeficiente de mortalidad maternal se eleva hasta un escandaloso 728 de muertes por 100.000 nacimientos vivos.
Pero en Zambia aún parece que tienen suerte. Su índice de mortalidad maternal sigue siendo más bajo que el del conjunto de la región de África subahariana, de 920 muertes por cada 100.000 nacimientos vivos en 2000, según estadísticas de Naciones Unidas. Esta cifra, dobla la que tiene el mundo en su totalidad, que es de 400 muertes por 100.000 nacimientos vivos.
En Zambia, solamente se garantiza un parto con garantías y cuidado médico a las familias con recursos, que pueden permitirse el seguro médico y el acceso a hospitales de las áreas urbanas. Quedarse embarazada puede ser potencialmente trágico si se proviene de una familia pobre en las áreas rurales del país. Aunque es generalmente difícil que la población rural en su conjunto tenga acceso al seguro médico, es el doble de difícil para las mujeres, que son a menudo más pobres y sin voz. Leer más...
Su posición como mujeres también las debilita frente a costumbres que las animan a anteponer los intereses familiares frente a su propia salud. Las opciones de las mujeres pobres se limitan generalmente a entregar a sus bebés a las parteras tradicionales, sin ninguna supervisión médica. Si las cosas van mal, puede ser fatal para la madre o el bebé -o para ambos. Se estima que el 70 por ciento de muertes durante el parto en Zambia ocurre en las áreas rurales, donde las mujeres tienen que caminar largas distancias antes de alcanzar una clínica. En caso de complicaciones, no hay ambulancias para transportar a la madre a la ciudad o a los puntos más cercanos del cuidado. Es por lo tanto muy frecuente que las madres mueran por hemorragia posparto.
La ministra de salud de Zambia, Angela Cifire, opina que las muertes maternales son inaceptables, por evitables y porque se pueden prevenir. El gobierno, en colaboración con el proyecto de maternidad segura del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), ha estado trabajando en la reducción de mortalidad maternal educando e implicando a comunidades.
Este proyecto motiva a la población a identificar los embarazos tempranos, preparar para los nacimientos, implicar a los hombres y en la búsqueda de un asistente tradicional al nacimiento por si una mujer no puede ser conducida a un centro de salud a tiempo. Se anima también a las mujeres embarazadas para que vayan a un centro de salud a realizarse periódicamente un cuidado prenatal antes de parir a sus bebés.
El proyecto de UNFPA y el gobierno zambiano también se dirige a mejorar el equipo médico y proveer de personal de los servicios médicos provinciales con kits básicos para la atención de partos. Pero hay una razón de peso para que todo avance tan lentamente: el gobierno zambiano va pasito a pasito porque hay un "malo" de la película. Porque destinar muchos recursos al seguro médico parece que está "penado" por el Fondo Monetario Internacional y sus recetas para que los estados con una enorme deuda externa limiten su gasto público.
La historia de Zambia, y de otros países de África, viene a ser un buen ejemplo de como uno de los Objetivos del Milenio, en concreto el quinto, difícilmente se va a superar: reducir en tres cuartas partes la mortalidad maternal en 2015. La historia de Zambia demuestra como el Norte rico se llena la boca con Objetivos del Milenio que él mismo y sus instituciones (léase FMI u otros) se dedican a laminar.
“Estar embarazada en África es como tener una enfermedad desconocida,” afirma Alicia Tembo, zambiana, acerca de las carencias básicas sobre embarazo y parto que sufren muchas de sus compatriotas. Alicia dio a luz recientemente sin ninguna complicación, algo excepcional en un país donde el coeficiente de mortalidad maternal se eleva hasta un escandaloso 728 de muertes por 100.000 nacimientos vivos.
Pero en Zambia aún parece que tienen suerte. Su índice de mortalidad maternal sigue siendo más bajo que el del conjunto de la región de África subahariana, de 920 muertes por cada 100.000 nacimientos vivos en 2000, según estadísticas de Naciones Unidas. Esta cifra, dobla la que tiene el mundo en su totalidad, que es de 400 muertes por 100.000 nacimientos vivos.
En Zambia, solamente se garantiza un parto con garantías y cuidado médico a las familias con recursos, que pueden permitirse el seguro médico y el acceso a hospitales de las áreas urbanas. Quedarse embarazada puede ser potencialmente trágico si se proviene de una familia pobre en las áreas rurales del país. Aunque es generalmente difícil que la población rural en su conjunto tenga acceso al seguro médico, es el doble de difícil para las mujeres, que son a menudo más pobres y sin voz. Leer más...
Su posición como mujeres también las debilita frente a costumbres que las animan a anteponer los intereses familiares frente a su propia salud. Las opciones de las mujeres pobres se limitan generalmente a entregar a sus bebés a las parteras tradicionales, sin ninguna supervisión médica. Si las cosas van mal, puede ser fatal para la madre o el bebé -o para ambos. Se estima que el 70 por ciento de muertes durante el parto en Zambia ocurre en las áreas rurales, donde las mujeres tienen que caminar largas distancias antes de alcanzar una clínica. En caso de complicaciones, no hay ambulancias para transportar a la madre a la ciudad o a los puntos más cercanos del cuidado. Es por lo tanto muy frecuente que las madres mueran por hemorragia posparto.
La ministra de salud de Zambia, Angela Cifire, opina que las muertes maternales son inaceptables, por evitables y porque se pueden prevenir. El gobierno, en colaboración con el proyecto de maternidad segura del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), ha estado trabajando en la reducción de mortalidad maternal educando e implicando a comunidades.
Este proyecto motiva a la población a identificar los embarazos tempranos, preparar para los nacimientos, implicar a los hombres y en la búsqueda de un asistente tradicional al nacimiento por si una mujer no puede ser conducida a un centro de salud a tiempo. Se anima también a las mujeres embarazadas para que vayan a un centro de salud a realizarse periódicamente un cuidado prenatal antes de parir a sus bebés.
El proyecto de UNFPA y el gobierno zambiano también se dirige a mejorar el equipo médico y proveer de personal de los servicios médicos provinciales con kits básicos para la atención de partos. Pero hay una razón de peso para que todo avance tan lentamente: el gobierno zambiano va pasito a pasito porque hay un "malo" de la película. Porque destinar muchos recursos al seguro médico parece que está "penado" por el Fondo Monetario Internacional y sus recetas para que los estados con una enorme deuda externa limiten su gasto público.
La historia de Zambia, y de otros países de África, viene a ser un buen ejemplo de como uno de los Objetivos del Milenio, en concreto el quinto, difícilmente se va a superar: reducir en tres cuartas partes la mortalidad maternal en 2015. La historia de Zambia demuestra como el Norte rico se llena la boca con Objetivos del Milenio que él mismo y sus instituciones (léase FMI u otros) se dedican a laminar.
Etiquetas: Solidaridad y ONG
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