Entre los Simios

23/11/06

¿Café amargo?


Vamos a contar una historia triste.

Etiopía es un país empobrecido, con tres de cada cuatro personas que viven bajo el umbral de la pobreza: menos de 1 dólar día. Muchas de estas personas, 15 millones, se ganan la vida y apoyan a sus familias cultivando café en pequeños terrenos de poco más de una hectárea.

El café es entre el 40 y el 60 por ciento de las exportaciones etíopes. Entre 2000 y 2003, los precios mundiales del café cayeron en picado y Etiopía perdió casi el 59 por ciento de sus ingresos, lo que empeoró una crisis humana y alimentaria que aún continúa.

Los productores etíopes de café suelen recibir únicamente el 10 por ciento aproximado de los beneficios de estos cafés, y el resto va a actores de la industria internacional que controlan y se benefician del precio de venta al público. Así, del precio final de una bolsa de granos de café, son los importadores extranjeros, los tostadores y los vendedores como Starbucks quienes finalmente se llevan la mayor parte del pastel. Leer más...

Pero mientras Starbucks y otras empresas disfrutan de los beneficios que reportan estos cafés etíopes, los propios etíopes se pierden la parte que les corresponde del valor de su café...

Hace más de un año, el Gobierno etíope se puso en contacto con la sede central de Starbucks en Seattle y solicitó a la empresa que reconociera la propiedad legal de Etiopía sobre las denominaciones de sus mejores cafés. Si consigue estos derechos, según la ONG Oxfam Internacional, Etiopía puede negociar mejores precios y aumentar los ingresos de la industria cafetalera del país y de los campesinos que viven de ella. Esto ayudaría a millones de campesinos y sus familias a salir de la pobreza.

A pesar de sus compromisos públicos con las comunidades campesinas, Starbucks aún no se ha tomado en serio la petición de Etiopía y se niega a registrar como marcas los cafés.

+ Nota completa de Oxfam: Starbucks se opone a que Etiopía registre los nombres de sus propias variedades de café

+ Es hora de que asuma su liderazgo y reconozca el derecho de Etiopía a la propiedad legal de sus propias denominaciones de café. Pide a Starbucks que cumpla sus compromisos con Etiopía

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