Desaparecidos protegidos
Esta semana en París unos 60 países han firmado la Convención Internacional para la protección de todas las personas frente a la desaparición forzosa. Aunque 60 países no suponen ni la tercera parte de los Estados del mundo es un importante avance, un pasito más, en la legislación global sobre derechos humanos.
La convención llena un vacío jurídico al clasificar como crimen, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra, las desapariciones forzadas: el hecho de que un Estado secuestre a una persona sin que sus familiares reciban información alguna de su paradero.
Se refuerza así el trabajo del Grupo sobre Desapariciones Forzosas de la ONU, que desde 1980 hasta la fecha ha examinado más de 50.000 casos en 79 países, la gran mayoría aún sin esclarecer.
"NADIE será sometido a desaparición forzosa", reza la convención. Al ser este texto legalmente vinculante, crea obligaciones a los Estados firmantes que deben cumplir sin excusas: los Estados no podrán aducir que están en guerra, amenazados, o que padecen situaciones de inestabilidad para saltarse la norma.
Así, algo que está últimamente mucho de moda para EE UU, los secuestros en nombre de la lucha contra el terrorismo, queda denunciado por la Convención. También las desapariciones de defensores de derechos humanos como por ejemplo ocurre en Colombia.
¿Problema? Firmó un país que lamentablemente conoce bien las desapariciones masivas, como Argentina, pero no lo hizo EE UU, que al no estar vinculado a la Convención puede seguir su puñetera war on terror pisando cualquier estándar de derechos humanos a nivel global. Es lo que pasa cuando uno es (y se cree) superpotencia.
+ Texto completo de la Convención
La convención llena un vacío jurídico al clasificar como crimen, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra, las desapariciones forzadas: el hecho de que un Estado secuestre a una persona sin que sus familiares reciban información alguna de su paradero.
Se refuerza así el trabajo del Grupo sobre Desapariciones Forzosas de la ONU, que desde 1980 hasta la fecha ha examinado más de 50.000 casos en 79 países, la gran mayoría aún sin esclarecer.
"NADIE será sometido a desaparición forzosa", reza la convención. Al ser este texto legalmente vinculante, crea obligaciones a los Estados firmantes que deben cumplir sin excusas: los Estados no podrán aducir que están en guerra, amenazados, o que padecen situaciones de inestabilidad para saltarse la norma.
Así, algo que está últimamente mucho de moda para EE UU, los secuestros en nombre de la lucha contra el terrorismo, queda denunciado por la Convención. También las desapariciones de defensores de derechos humanos como por ejemplo ocurre en Colombia.
¿Problema? Firmó un país que lamentablemente conoce bien las desapariciones masivas, como Argentina, pero no lo hizo EE UU, que al no estar vinculado a la Convención puede seguir su puñetera war on terror pisando cualquier estándar de derechos humanos a nivel global. Es lo que pasa cuando uno es (y se cree) superpotencia.
+ Texto completo de la Convención
Etiquetas: Guerra y paz
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