Rally Dakar: de otra época

La Federación Catalana de ONG para el Desarrollo critica el Rally Barcelona-Dakar, que empieza mañana en la capital catalana. Hace unos 15 años la prueba era muy prestigiosa, empezaba en París y se desarrollaba bajo una gran cobertura mediática. Pero los tiempos han cambiado.

¿Tiene sentido un rally como el Dakar a principios del siglo XXI? Las ONG catalanas creen que no. Sus motivos:

1- El rally es una una contradicción respecto a los principios del Fórum de las Culturas y a los que inspiran la cooperación internacional con África.

2- El seguimiento informativo de la carrera será muy superior al espacio que los medios de comunicación dedican habitualmente a temas relacionados con el continente africano y sólo servirá para reforzar todos los estereotipos y mantener en el imaginario colectivo el punto de vista del colonizador. Esa imagen de África salvaje, para el hombre aventurero blanco, de continente inhóspito... Eso lo dejamos para la época de Joseph Conrad.

3- El paso de centenares de vehículos (446 en competición a gran velocidad, más la caravana de asistencia y logística, medios...) por esta región, muy afectada por la desertización, supone también una importante contaminación atmosférica y acústica, así como un impacto negativo sobre su fauna. Eso lo ha denunciado repetidamente Ecologistas en Acción.

Para lavar su imagen, la empresa organizadora del evento colabora con una ONG desde hace dos años, a la que destina 300.000 euros. Pero resulta que el presupuesto sólo para cuotas de inscripción es de más de 8.000.000 de euros (deberíamos sumar el verdadero maná: los ingresos publicitarios de las grandes marcas más la cobertura televisiva). Aquí hay trampa.

En Barcelona estamos acostumbrados a las incoherencias de un ayuntamiento que se llama progresista. Mucho Fórum, paz y derechos humanos, cooperación... y luego se reprime a los movimientos sociales (acampada 0'7%, okupas), se embarca en operaciones inmobiliarias claramente especulativas (Zona Diagonal Mar) y se da cobijo a un rally anacrónico cuando ya nadie lo quiere...