Entre los Simios

13/2/07

Cultura y poder

A finales de mes tendré ocasión de visitar Colombia en un viaje de trabajo que espero con mucha ilusión. Visitaré Bogotá, Medellín y la pequeña población de Tarso, en Antioquia, para conocer algo de los proyectos de construcción de paz y gobernabilidad que apoyamos en la agencia de cooperación donde trabajo.

Precisamente de Bogotá, de la oficina del IDH del PNUD en la capital colombiana, me llega esta información, relativa a su recientemente otorgada Capitalidad iberomericana de la cultura.

Javier Sáenz Obregón, miembro del Informe sobre Desarrollo Humano de Bogotá, comenta aquí algunos aspectos importantísimos de la cultura como eje del desarrollo humano y que no deberían olvidarse cuando Bogotá celebre esta capitalidad. Ahí van:

- Una ciudad se nutre de las culturas populares, de las culturas emergentes.

- Cultura no es solamente la opera o los museos. También tiene que ver, por ejemplo, con la cocina popular.

- La diversidad convierte en más participativo el concepto de cultura. Leer más...
- Los escenarios culturales reproducen las inequidades económicas de otros ámbitos. Los estratos sociales altos van dos veces más a eventos que los estratos bajos. Lo mismo ocurre con el consumo cultural dentro de los hogares: en número de libros, videos, Internet, etc.

- Un porcentaje alto de bogotanos practica algún arte, música, danza llegando a un 70%. Hay una gran capacidad de imaginación que ha sido desaprovechada porque las políticas del poder se han centrado en el acceso a los eventos y no en fomentar la creatividad y la formación.

- La cultura popular no se debe entender como la cultura ligada a los pobres sino la ligada a lo cotidiano, que aún no ha tenido reconocimiento en los medios oficiales.

Muy interesante la reflexión. Y si cambio Bogotá por mi ciudad, Barcelona, todo es exactamente lo mismo o muy similar. ¿Qué pasa entonces con la cultura gestionada por el poder público? En Bogotá o en Barcelona. ¿Qué persigue? ¿A quién o a quiénes teme?

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