Gran Manolo y la aznaridad
Cuando veo a 1.000 personas en Valencia haciendo cola en el Corte Inglés (dónde si no) para que Aznar les dedique su libro, me acuerdo del gran Manolo.
Cito del libro póstumo de Vázquez Montalbán, genial en su coña, incisivo en su análisis: Otra presunción confirmada era el creciente, incontrolado mal yogur del señor presidente del Gobierno, por lo visto propenso a la irritación cuando se le lleva la contraria y a descalificar a cuantos no piensan como él, acúsándolos por ejemplo de acomplejados con una seguridad y petulancia de carne de psiquiatra. Al borde de la locura, Aznar llamó afrancesados a los españoles que estaban contra la guerra de Irak, insulto que no se había vuelto a escucharse desde el siglo XIX, cuando los afrancesados eran liberales y los primates de Aznar no. Dueño de sus silencios u esclavo de sus palabras, el presidente Aznar invitaba a recordar aquellos versos tan ambiguos de Neruda: Me gusta cuando callas porque estás como ausente. Sería invitación de conducta y elogio de norma el recitar estos versos a Aznar, porque, efectivamente, cuando calla está como ausente y eso lo agradecemos los súbditos cansados de su oratoria cejijunta y sus actos de patriotismo expiatorio.
Aún no me creo lo del 14-M. Cada vez está más claro lo listos que fuimos...
Cito del libro póstumo de Vázquez Montalbán, genial en su coña, incisivo en su análisis: Otra presunción confirmada era el creciente, incontrolado mal yogur del señor presidente del Gobierno, por lo visto propenso a la irritación cuando se le lleva la contraria y a descalificar a cuantos no piensan como él, acúsándolos por ejemplo de acomplejados con una seguridad y petulancia de carne de psiquiatra. Al borde de la locura, Aznar llamó afrancesados a los españoles que estaban contra la guerra de Irak, insulto que no se había vuelto a escucharse desde el siglo XIX, cuando los afrancesados eran liberales y los primates de Aznar no. Dueño de sus silencios u esclavo de sus palabras, el presidente Aznar invitaba a recordar aquellos versos tan ambiguos de Neruda: Me gusta cuando callas porque estás como ausente. Sería invitación de conducta y elogio de norma el recitar estos versos a Aznar, porque, efectivamente, cuando calla está como ausente y eso lo agradecemos los súbditos cansados de su oratoria cejijunta y sus actos de patriotismo expiatorio.
Aún no me creo lo del 14-M. Cada vez está más claro lo listos que fuimos...
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