Entre los Simios

28/1/10

Palabre-ando

Es el blog de Gustavo Duch, ex director de Veterinarios sin Fronteras, conocido defensor de la soberanía alimentaria de los pueblos y azote de los males de la agroindustria. Sus artículos, publicados en algunos medios, me gustan porque desprenden vida pero también porque, bajando al terreno de lo cotidiano, y a veces de la fábula, cuentan verdades como puños. Parecen (son) textos bonitos en la forma, con poso literario, pero hablan del mundo real y sus males (y lo más importante, de los malos, que siempre quedan desenmascarados para que sepamos quiénes son: monsantos, nestlés... y demás puntas de lanza del capitalismo alimentario, ese que paradójicamente crea hambrientos). Siempre me gustó la gente que escribiendo domina y amasa la palabra bella para ponerla al servicio de la causa justa. A lo Galeano, para qué vamos a engañarnos.

El artículo sobre Haití, Con hache de Hernández, es magnífico. Una pequeña muestra: "Le tocó a este país iniciarse con la letra muda, la letra que no se oye pero que está. (...) Haití, con hache de Hernández, de Miguel Hernández. Con la hache, compartida, de héroes. De honor que no derrumba ningún terremoto. Con la hache de hermandad y humildad de otros pueblos que lucharán junto al pueblo haitiano contra el olvido. Con hache de historia nueva y restauradora hecha por sus hombres y mujeres".

También se puede escuchar a Gustavo en la radio, cuando Palabre-ando se convierte en Voce-ando. Duch apunta en el subtítulo de su blog: "Porque contar es otra forma de andar". Claro que sí: buen viaje a tod@s, pues.

Etiquetas:

26/1/10

Sin comentarios anónimos

Siguiendo el hilo del apunte Soy el rey del comentario, hoy llega una buena noticia.

A partir de hoy mismo la edición digital del diario AVUI funciona sin comentarios anónimos y únicamente quién se identifique previamente (con nombre, apellido, e-mail) podrá escribir en la página. Según su comunicado, el periódico cree que "en estos momentos debe primar la calidad y la autenticidad de los comentarios a las informaciones por encima de la cantidad". Y añade, "que la autorregulación de los mismos lectores es, por ahora y con los mecanismos existentes, poco eficaz".

Etiquetas:

21/1/10

Emergencia 2.0


Pese al desastre, alguna buena noticia. Que en 2004 con el tsunami asiático, las redes sociales estaban a punto de explotar pero no existían, y ahora con lo del terremoto de Haití los actores humanitarios han sumado casi masivamente twitters, facebooks, blogs, youtubes, etc. a sus mecanismos comunicativos tradicionales para seguir e informar del desastre.

Un buen ejemplo de ello (hay muchos más, claro) me ha parecido Acción contra el Hambre. Tienen un interesante blog actualizado desde Haití por dos expatriados, uno de ellos un nutricionista español, Óscar Serrano. Testimonios claros, bien escritos, claro ejemplo del periodismo (sí, periodismo) que pueden ejercer muchas ONG si se lo proponen y cuentan únicamente lo que ven, lo que pasa.

Al blog, suman el uso de twitter y twitpic y flickr para subir fotos de la respuesta humanitaria de la organización; posibilidad de donativo on-line para la emergencia... Menos afortunado, creo, lo de meter todo esto en el saco de lo que la misma ONG califica de Cooperante 2.0. Riesgo de convertir todos estos instrumentos únicamente en agentes multiplicadores del mensaje, pero olvidando los componentes esenciales del 2.0 como el diálogo en red, o la participación y la reflexión colectiva, como explicaba el otro día Jordi de Miguel en CiComunica.

Es verdad, es así, pero vamos, que prefiero lo de ahora porque accedemos más fácilmente a una información sobre terreno y de calidad que en desastres anteriores obteníamos con dificultad (mail + teléfono, y sanseacabó...) En la ACCD hemos incorporado estos instrumentos de las ONG al seguimiento de la crisis en Haití y los updates han resultado mucho más fluidos, rápidos y completos que los de años atrás. Y eso al final repercute en la calidad de la respuesta humanitaria, que es de lo que se trata.

Etiquetas: , ,

18/1/10

Lo que funciona y lo que no

Poca perspectiva, seis días, pero suficiente para extraer primeras constataciones de lo que funciona y lo que no, en la gestión del desastre de Haití. Funciona:

- Solidaridad récord en todo el mundo. Las ONG, casi desbordadas por las aportaciones económicas. El mundo recuerda el tsunami de 2004 y reacciona rápido. Pese a las alarmistas informaciones de los medios, la ayuda internacional ha sido muy rápida y, sobre todo la hospitalaria, llega y empieza a surtir efecto. Ya son numerosas las ONG que explican que sí asisten a la población (aunque, claro, su actuación siempre será insuficiente por la magnitud del desastre: oficialmente 70.000 muertos, 250.000 heridos, tres millones de damnificados, 300.000 personas sin hogar sólo en Port-au-Prince...)

- República Dominicana, el país vecino, está funcionando como plataforma logística y de coordinación de la ayuda frente al descabezamiento de las estructuras locales e internacionales de ayuda en Haití. Recordamos que la sede de la misión de la ONU se derrumbó y un centenar de sus funcionarios siguen desaparecidos...

- Ya se han enterrado 70.000 cuerpos, con lo que el riesgo de epidemias empieza a estar bajo control.

No funciona:

- Cobertura mediática: mucho más macabra y morbosa que en 2004 con el tsunami. La televisión-espectáculo se jarta de imágenes truculentas de cadáveres. Creo que no es necesario lo que vemos estos días para despertar la solidaridad con Haití: ya somos mayorcitos y entendemos la dimensión de la tragedia. No es necesaria tanta sangre. Y otra, no menos importante, como leí hoy por ahí: ¿por qué vemos masivamente cadáveres de negros y pobres haitianos, o iraquíes o afganos, y (casi) nunca de blancos, occidentales? ¿Por qué se nos ocultan los muertos del 11-S y los de Haití nos golpean sin miramientos? ¿Quién o qué filtra eso? Para los medios de comunicación más cercanos está claro que sigue habiendo muertos de primera y de segunda categoría... No aprenden.

- Riesgo ya clarísimo de militarización de la ayuda humanitaria, con todo lo que supone de riesgo. Para empezar, la cifra. El envío de entre 10 y 15.000 marines norteamericanos para una población de unos 9 millones de personas... vamos, es muy exagerado. Algunas voces, como Francia, ya cuestionan el papel real de EE UU en la crisis. Una cosa es que, por el colapso total del estado haitiano, garanticen la seguridad y otra es que los marines se apropien de su aeropuerto y del país, y envíen portaaviones. Y encima con mala praxis humanitaria, como vemos por televisión: en el primer reparto de los norteamericanos lanzan la ayuda desde el aire, desde un helicóptero, sin ningún control. No se hace así: riesgo para los que están debajo, desesperados, esperando el paquete, y luchas y peleas para hacerse con la ayuda: la ley del más fuerte... Los marines estarán muy cachas y serán auténticas bestias de matar, pero no son actores humanitarios y no deben participar en el reparto de la ayuda, sí en cuestiones de apoyo logístico.

Etiquetas: ,

16/1/10

Logística y cabeza

Es lo que se necesita ahora en Haití por parte de todos, superados los 2-3 primeros días de caos total. Hoy vemos que la ayuda humanitaria que llega al país padece enormes problemas para su distribución a la población damnificada por el terremoto. Es lógico. Michael Keizer es un tipo que ha trabajado como logista de ayuda de emergencia con MSF, en países como Chad y Etiopía. En su blog escribe un lúcido artículo que ofrece muchas pistas sobre cómo proceder en estos momentos en Haití, para evitar algo que (hay que decirlo claro) pasa bastante: que la ayuda humanitaria puede provocar más problemas de los que, bienintencionadamente claro, intenta resolver.

Keizer da en el clavo cuando recuerda algo que muchos olvidan, sobre todo los medios de comunicación, escandalizados hoy por la lentitud y dificultad de la distribución de la ayuda en Haití (¡sólo han pasado tres días del terremoto!): TODA la ayuda de emergencia depende 100% de las capacidades y preparación local, y cualquier ayuda exterior será en gran medida ineficaz hasta que la logística local actúe. Y eso no se consigue hasta transcurridos unos días del desastre: aún no es posible. Así, la preparación y prevención de desastres son mucho más importantes que la actuación postdesastre, y es también la razón principal por la que países como Haití, que no tienen mucha capacidad para esa preparación, son siempre tan seriamente afectados por la catástrofe cuando ésta golpea. Y por todo ello las expectativas de lo que la ayuda internacional puede lograr en los próximos días no deberían ser muy altas, o deberían ser como mínimo algo más realistas... Mensajes de impaciencia como los que lanzan ya los medios de comunicación no contribuyen para nada a la mitigación de los efectos del desastre...

¿Y qué podemos hacer ahora? Keizer cree que para la primera y urgente etapa de respuesta no mucho... Canalizar fondos (¡no comida, no bienes!) a una organización humanitaria especializada en ayuda de emergencia, confiable y con gran capacidad de actuación y logística (MSF o Cruz Roja, por ejemplo), que es lo que toca ahora. Pensando a más largo plazo y en la reconstrucción, canalizar recursos a otras organizaciones de cooperación al desarrollo que ya trabajan en Haití, evitando aquellas que acaban de aterrizar en el país. Pero, por favor, que no se repita la orgía de cuentas corrientes del tsunami asiático de 2004, cuando algunas organizaciones se apuntaron al carro de los donativos sin ni siquiera trabajar en zonas afectadas por las aguas...

Y algo también importante que recuerda Keizer. No hay que viajar a Haití estos días si no se es miembro de la comunidad humanitaria porque no se podrá ayudar y, encima, uno puede convertirse en una carga para la gente que sí ayuda. Y eso sería aplicable a muchos periodistas (no todos, ojo), que se lanzan a Haití casi en paracaidas y sin red para luego lanzar crónicas insustanciales desde el aeropuerto (que está a algunos km de Port-Au-Prince y de las zonas de la capital más afectadas). La noticia en Haití, más allá de lo que vemos hoy, será dentro de tres, cuatro, seis meses, cuando debería empezar la reconstrucción y habrá mucho que contar. Y no ahora, donde el acento informativo se pone en lo truculento y macabro: barricadas (sic) de cadáveres, putrefacción, gente con amputaciones, fotos casi obscenas de cuerpos de niños, ...es lo único que nos cuentan... Pero para entonces los periodistas y corresponsales habrán apagado cámaras y focos, y volverán a sus países. Justo cuando Haití debería ser noticia, ya no lo será... Y caerá nuevamente en el olvido internacional, culpable histórico y crónico de esta gran tragedia que hoy vive el país caribeño.

Como afirma La Vía Campesina en su comunicado tras la catástrofe: "¿Cómo es posible que esa misma comunidad internacional siga permitiendo un mundo cimentado sobre semejante injusticia e inequidad, la misma que multiplica los efectos destructores y el número de víctimas de un terremoto como el que ha sufrido Haití?"

Etiquetas: , ,

5/1/10

El fondo del río

Autorretrato de un reportero. Es el libro de Ryszard Kapuscinski, el periodista-escritor polaco, que me ha acompañado estas fiestas, un auténtico placer. Y es que no me canso de lo que cuenta, de su visión del mundo, de sus reflexiones sobre el periodismo. Desaparecido recientemente (2007), ahora podemos leer compilaciones de textos inéditos, entrevistas, destacados de sus novelas: El Imperio, Ébano, El Sha, El Emperador... ¡qué grandes todas!

El mundo de hoy (Anagrama) presenta fragmentos de sus libros, de sus ensayos, conferencias y entrevistas. Hay partes realmente muy interesantes, como la titulada Periodismo y literatura, en la que reflexiona sobre la misión del reportero. Yo no me canso nunca de leer (y pensar) lo que cuenta.

Con su escritura sencilla y directa, sin artificios, da en el clavo. Por ejemplo, para hablar de periodismo - reporterismo. "Todo lo que me rodea dice cosas (...) El reportero refleja la cultura que lo rodea (...) Por eso se vuelve importante lo habitual, lo cotidiano (...) Hay que bajar al fondo del rio".

Etiquetas: ,