Entre los Simios

31/7/09

MST, 25 años (y 3)

La Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF) está en Guararema, a poco menos de una hora del gran Sao Paulo. La escuela tiene como objetivo principal la formación de la conciencia crítica de militantes y cuadros políticos del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil. ¿Y quién era Florestan Fernandes, el tipo que da nombre a la escuela? Un pedagogo y sociólogo revolucionario brasileño que consideró fundamental transformar la teoría en acción social. Fernandes dijo, y así reza en un muro de la escuela, que "la grandeza de un hombre se define por su imaginación, y sin una educación de primera calidad la imaginación es pobre e incapaz de dar al ser humano instrumentos para transformar el mundo".

Es precisamente con esta filosofía que nace un proyecto pedagógico que combina teoría y práctica, y que persigue, sobre todo, fortalecer el proceso de reforma agraria y el modelo de soberanía alimentaria en Brasil y en todo el continente americano mediante la formación de educadores, dirigentes y líderes campesinos y de movimientos sociales. Desde 2005, año de su inauguración, la escuela ha recibido a más de 13.000 alumnos (más de la mitad mujeres), 400 maestros y casi 2.000 visitantes. Sólo en 2008 se impartieron 80 cursos. La escuela fue construida por más de 1.200 militantes del MST mediante brigadas de trabajo voluntario y consta de un edificio pedagógico de 2.400 metros cuadrados, cuatro bloques de alojamientos con capacidad para 200 personas, tres aulas, una biblioteca con 40.000 libros, guardería infantil y espacios de producción agroecològica, telecentro (¡linux!) y un proyecto paisajístico y de preservación del entorno. Todo funciona por turnos de trabajo: las personas que sirven el café y lavan platos, la limpieza de cuartos y baños... no es un hotel, claro.

Cada día, a las 7.30, tras el comunitario café da manhâ, las actividades de la escuela empiezan con la denominada "mística", que acontece en el patio central. Cada uno de los grupos que están en ese momento en la escuela, sean estudiantes, trabajadores o visitantes, organizan una sencilla actividad de unos quince minutos en la que se recuerda a un personaje histórico, una fecha conmemorativa o se comenta la actualidad (hablamos de Honduras...) Hay poemas, canciones y consignas que cantan a coro todas las personas presentes. Se concluye, puño en alto, con La Internacional. Cuando terminan, unos van a clase y otros a trabajar la tierra. Son estudiantes, pero, sobre todo, son campesinos y campesinas.

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30/7/09

Voy a quejarme, eh...



Sin palabras... Lo que la profesión tiene que aguantar. Vergonzoso e inaceptable el comportamiento de Manel Fran, jefe de prensa del ministro Corbacho. Ah, y un 10 a La 2, que emitió la escenita sin tener en cuenta las amenazas del personaje. ¿El pecado del chico? Formular una pregunta al ministro. ¿Será que los periodistas ya no podemos preguntar?

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28/7/09

MST, 25 años (2)


El campamento 17 de abril está en Itararé, pequeño municipio al lado de Itapeva. 120 familias ocuparon un pedacito de tierra de la fazenda Ibiti, explotada por dos empresas de plantaciones de eucalipto. Los árboles se destinan a la tala, para producir madera. Grandes extensiones de tierra pobladas de eucaliptos a un lado y otro de la carretera que une Itararé e Itapeva. A los pocos días, los propietarios obligan a desmontar el campamento, que se traslada a un terreno de 30 hectáreas propiedad del municipio. Y ahí llevan dos meses y medio, bajo las lonas negras, aguantando el frío y la lluvia pero conscientes de su camino sin marcha atrás. Cuando nace un campamento del MST ya no hay vuelta posible. O se consolida la ocupación con un futuro asentamiento y la intervención estatal, o se traslada el campamento y sus gentes a otra parte hasta que sea necesario y se logre el ansiado acceso a la tierra improductiva.

Las gentes del campamento 17 de abril y del comité regional del MST en Itapeva hoy están intranquilas porque recibieron una notificación judicial que obliga al desalojo del campamento. El ayuntamiento de Itararé alega que ocupan tierras afectadas por la construcción de un pequeño aeropuerto y que, en cualquier caso, es competencia del Estado resolver la cuestión de la propiedad de la tierra. Allí no pueden seguir. Pelotas fuera...

Pasamos toda la tarde intentando entrevistarnos con responsables del ayuntamiento, el alcalde no está. Un asesor de comunicación del ayuntamiento nos mira, detecta que somos extranjeros, posiblemente europeos, y que llevamos cámaras de TV. Amablemente nos pregunta, nos informa de que no se podrá entrar con cámaras a la reunión y nos invita a tomar café. Nos extrañamos: ¿Y ellos, no? Rápidamente se da cuenta del error y ofrece café a todo el grupo. Tras el café y dos horas de espera, nos recibe una pequeña comisión formada por asesores del ayuntamiento y abogados. Se entabla una negociación de más de una hora. Las posiciones no se mueven. El ayuntamiento no quiere que siga el campamento. La gente del MST exige al consistorio que se responsabilice de la situación de esas personas: en algún sitio tienen que estar. Hay familias enteras.


Finalmente se pacta un desalojo tranquilo, en tres o cuatro días, y la posterior reubicación provisional en otras tierras del municipio. El campamento 17 de abril se trasladará a pie de carretera para visibilizar la lucha y que el ayuntamiento se vea obligado a cumplir el compromiso. Magnolia, la joven dirigente regional del MST en Itapeva, sonríe, pese a la tensión del día. "Duro, verdad?", le decimos. "Bueno, estamos acostumbrados...". Nos subimos a la furgoneta y nos dirigimos al campamento 17 de abril para informar a sus ocupantes en asamblea. Ya anochece en Itararé, pero las caras de los jóvenes del MST muestran una satisfacción contenida. Se ha evitado el desalojo por unos días, y se ha pactado la reubicación del campamento. Pero la lucha sigue.

+ Mis fotos del MST en Flickr

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22/7/09

Discurso

Cuando la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dice que "todos los políticos de este país, del primero al último, reciben regalos" y lo ve normal, no se ruboriza, y nadie a su alrededor reacciona (periodistas, la mayoría), me siento un marciano.

Por eso me parece oportuno y aleccionador recuperar el discurso del fotoperiodista Gervasio Sánchez durante la entrega de los premios Ortega y Gasset. Sánchez fue premiado en mayo por una de las fotografías de la espléndida serie Vidas Minadas. En su discurso, y en presencia de la vicepresidenta del Gobierno, ministras y ministros, exministros, la presidenta de la Comunidad de Madrid, el alcalde de Madrid, el presidente del Senado y demás clase política, Sánchez dijo lo que sigue:

"Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabricamos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte".


La clase política está poco acostumbrada a escuchar baños de realidad como los del discurso de Gervasio Sánchez y sí a recibir masajes por doquier. Por eso las palabras del fotoperiodista saben a gloria. Y, aunque ni ellos y ellas lo entiendan, sí son un auténtico regalo a sus señorías. Y a los que creemos que el periodismo, y l@s periodistas, siempre deberían buscar la verdad y no dorar la píldora al poder.

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15/7/09

MST, 25 años (1)

Magnolia Fagundes es una joven dirigente del Movimiento de los Sin Tierra (MST) brasileño en la región de Itapeva, unos 300 km al sur de la megalópolis de Sao Paulo, "la ciudad que no puede parar".

Ella nació en 1984, sólo dos meses después de que sus padres participaran, el 13 de mayo, en la ocupación de uno los latifundios más extensos de la zona, la fazenda Pirituba, propiedad de una familia de alemanes. Y el mismo año de la creación del MST como movimiento campesino.

25 años después, Magnolia participa en la gestión del día a día de las seis agrovilas que integran el asentamiento. Son 350 familias que bregan con un ambicioso proyecto cooperativo agrícola que produce anualmente 220.000 sacos de grano donde antes de la expropiación pastaban cuatro reses. Cuatro meses atrás pusieron en marcha un nuevo proyecto, una cooperativa para producir leche y queso destinado al autoabastecimiento y para comercializar a pequeña escala en algunas poblaciones vecinas. Y otro programa: el que distribuye excedentes de la huerta (básicamente bananas y naranjas) a escuelas y hospitales mediante un programa federal de compra del gobierno brasileño.

Todos ellos, ejemplos de productividad y de uso social de la tierra, un requisito que según la Constitución brasileña deben cumplir las grandes propiedades agrícolas. Y, claro, eso no es exactamente así: en Brasil, quinto país del mundo en extensión territorial, el 2% de la población controla casi la mitad de la tierra. Y el 70% de las grandes propiedades todavía son improductivas. La gran reforma agraria todavía está pendiente en Brasil, pero el MST, como Magnolia, cumple 25 primaveras y no se para. Con pequeños pasitos, forzando las expropiaciones del gobierno federal de Lula de los latifundios más escandalosamente improductivos, 380.000 familias ya consiguieron 7,5 millones de hectáreas para hacer realidad su proyecto agrícola cooperativo, educativo y de vida, y el modelo de soberanía alimentaria que defiende La Vía Campesina.

"Y cómo empezó todo?", preguntamos. "Fue una mezcla de despertar de la curiosidad y de la conciencia. Si éramos trabajadores de la tierra, ¿por qué no teníamos acceso a ella? ¿Y por qué no veíamos ningún progreso ni beneficio para nuestras familias?".

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14/7/09

Enfookando

Enfookando es un nuevo grupo en Flickr, red social para compartir imágenes y fotografía. Creado desde los proyectos www.ekoos.org y www.canalsolidario.org, el grupo pretende reunir imágenes y fotos de temática social de personas y organizaciones que deseen compartirlas con el resto.

Según sus promotores, se buscan "fotos de proyectos sociales, a favor de la inclusión y de la diversidad, que denuncien injusticias y que apuesten por el respeto de los derechos humanos. Queremos que las imágenes en Enfookando conformen un mosaico amplio de iniciativas y problemáticas sociales". Es un grupo público y también se pueden subir videos, ilustración, animaciones...

Es una buena iniciativa, sobre todo por el espíritu de compartir.

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