Entre los Simios

23/12/05

Navidad

Llega la Navidad y los buenos deseos… Lástima que lo que acontece se empeña en devolvernos a la realidad y rompe nuestros sueños de concordia, paz, amor, de esta época. Podría hablar de muchas cosas que oscurecen la bondad de estos días, pero me fijo en una que sucede en mi ciudad, Barcelona.

Hablo de lo brutal del asesinato esta semana de una mujer de 51 años, indigente, en un cajero de la zona alta de la ciudad. La asesinaron tres jóvenes, uno menor, los otros de apenas 18 años. ¿Qué pasa por la mente de un joven aparentemente “normal” para llevar a cabo tan brutal asesinato? Primero la insultaron, luego la golpearon, pasaron tres horas, volvieron a por ella, la rociaron con disolvente, le pegaron fuego. Dicen que “se les fue la mano”, como si golpear o simplemente molestar a una mujer sin techo sea algo de niños, una trastada…

Esta vez no se puede recurrir al tópico de la familia desestructurada, ni al recurso a la Mina (barrio deprimido de la periferia de Barcelona). ¿Por qué cuando un delincuente es de la Mina siempre se destaca y cuando los delincuentes son niños bien, hijos de papá, del distrito con más renta per cápìta de Barcelona, aparece en letra pequeña? ¿Por qué los medios se empeñan en reproducir un cliché como esté, tan dañino y clasista...? Hay cosas que no entiendo de la profesión, de verdad.

A lo que iba, ¿qué pensaron mientras cometían el asesinato? ¿qué piensan sus padres? Algo falla, supongo. Y da miedo el rumbo que toma nuestra sociedad, en la Barcelona que se ufana de ser la ciudad del civismo, la ciudad de la paz y de la tolerancia. La realidad es mucho más dura. Se puede soñar, pero no ante hechos como este.

A pesar de todo, de esta amargura que provoca que a uno se le atraganten los turrones, feliz navidad y un buen 2006.

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